Experto explica por qué nunca debes darle leche a un gato

En las películas, a menudo se representa a los gatos con un platillo de leche y, en la vida real, muchas personas piensan que los gatos deberían beber leche. ¿Pero sabías que esto no es cierto en absoluto? De hecho, resulta que la leche puede incluso ser muy peligrosa para los gatos. Un experto explica por qué.

Cuando los gatos son muy pequeños, naturalmente beben leche de su madre. Pero una vez que los gatos pasan la etapa de gatitos, la leche ya no es una opción. No importa lo locos que estén por ello.

Según Julia Henning, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Adelaida, la mayoría de los gatos son intolerantes a la lactosa. Cuando los gatos dejan de beber leche de su madre, lo que suele ocurrir alrededor de las seis a doce semanas de edad, dejan de producir la enzima lactasa, que es necesaria para digerir la lactosa de la leche. “Si luego se les alimenta con leche de vaca, que tiene un mayor contenido de lactosa que la leche de las gatas madres, pueden sufrir síntomas desagradables como hinchazón, dolor abdominal, vómitos y diarrea”, le dice a The Conversation .

Según Julia Henning, los gatos que se alimentan regularmente con leche u otros productos lácteos también corren un mayor riesgo de sufrir estos problemas de salud. “Y puede incluso ser mortal, porque la diarrea crónica puede provocar deshidratación y desnutrición”.

Ahora bien, se podría pensar que dar leche de vez en cuando no hace daño, pero Julia Henning no está de acuerdo. No, los productos lácteos simplemente no son parte natural de la dieta de un gato. Aunque los disfruten, la leche puede causar molestias y problemas de salud, así que es mejor evitarla por completo.

Incluso aunque a tu gato no parezca molestarle, es mejor no dárselo. Los gatos son muy buenos disimulando sus molestias. Si mostraran su debilidad en libertad, se convertirían en blanco de depredadores. Por eso, si por alguna razón es necesario, es mejor elegir leche sin lactosa o leche especial para gatos. Pero en realidad, dársela solo ocasionalmente, dice Julia Henning.

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