Riesgos de no dormir bien y consejos para un descanso reparador

Dificultades para concentrarse, irritabilidad persistente y una fatiga que no desaparece ni con varios cafés son síntomas que a menudo se atribuyen al estrés o al exceso de trabajo. Sin embargo, en muchos casos, la causa es más sencilla y frecuente de lo que parece: la falta de sueño.
En un contexto marcado por la cultura del rendimiento constante y la hiperconectividad, donde las pantallas suelen ser la última imagen antes de cerrar los ojos, el descanso queda muchas veces relegado a un segundo plano. Según profesionales del Hospital Clínic Barcelona, no se trata de un tema menor: cuando esta situación se prolonga, puede derivar en consecuencias significativas para la salud física y mental.
La mala calidad de sueño no solo genera cansancio, sino también una notable reducción del rendimiento diario. A nivel cognitivo, la falta de descanso disminuye la capacidad de concentración, deteriora la memoria de trabajo y limita tanto la creatividad como la productividad. En el plano emocional, se traduce en mayor ansiedad, irritabilidad, baja autoestima y una caída general del estado de ánimo. Además, el mal descanso puede reducir la libido, afectando la salud sexual y el bienestar general. Estos efectos también repercuten en la vida social y laboral, aumentando la incidencia de errores y conflictos interpersonales.
Las consecuencias pueden ir incluso más allá, ya que cuando la falta de sueño se prolonga, el riesgo de sufrir enfermedades graves se dispara. Hipertensión arterial, diabetes tipo 2, obesidad, depresión, infarto de miocardio, ictus, algunos tipos de cáncer e incluso Alzheimer también están relacionados con el déficit crónico de descanso.
Para contrarrestar la falta de sueño, muchas personas recurren a estimulantes como el café o las bebidas energéticas, e incluso a sedantes, hipnóticos, alcohol o drogas. Sin embargo, estas sustancias pueden generar dependencia y empeorar aún más la calidad del descanso. Por ello, más allá de paliar síntomas, es fundamental comprender qué significa dormir bien y cómo impacta positivamente en la salud física y mental.
Cuando se duerme bien, el cuerpo y la mente se benefician en múltiples niveles. A nivel físico, el sueño regula los sistemas inmunológico y endocrino, fortaleciendo las defensas y manteniendo el equilibrio hormonal, además de controlar la temperatura corporal.
En el cerebro, favorece la plasticidad de la corteza y la formación de las conexiones neuronales, al tiempo que elimina proteínas tóxicas, como el amiloide, cuya acumulación está vinculada al Alzheimer. También impulsa la renovación de los receptores celulares en todo el organismo. Finalmente, un descanso adecuado mejora el bienestar emocional y psicológico, estabilizando el estado de ánimo y la salud mental.
Para mejorar la calidad del sueño y garantizar un descanso reparador, es fundamental adoptar ciertos hábitos.
Consejos prácticos para mejorar el descansoSegún el Hospital Clínic Barcelona 1 Tener horarios regulares: Mantener una rutina fija para acostarse y levantarse, incluso durante los fines de semana, ayuda a sincronizar el reloj biológico y favorece un sueño continuo y reparador. 2 Hacer rutinas relajantes: Antes de dormir, es recomendable practicar actividades que relajen, como leer, meditar o escuchar música suave. Evitar el uso de pantallas, ya que la luz azul de los dispositivos puede dificultar conciliar el sueño. 3 Evitar siestas largas: Limitar el tiempo de las siestas, sobre todo si se presentan dificultades para conciliar el sueño por la noche. 4 Reducir la cafeína antes de dormir: Evitar el consumo de café, té, bebidas energéticas o alimentos con alto contenido de azúcar en las horas previas al descanso. 5 Optimizar el dormitorio: Crear un ambiente propicio para dormir, con poca luz, temperatura moderada y silencio. Usar la habitación solo para descansar y contar con un colchón y almohadas cómodas, preferiblemente renovados cada diez años. 6 Realizar ejercicio diario: Practicar actividad física de forma regular mejora la calidad del sueño, aunque es importante evitar hacerlo justo antes de acostarse. 7 Exponerse a la luz natural y controlar la luz azul: Aprovechar la luz solar durante el día para regular el reloj biológico y reducir la exposición a la luz azul de las pantallas por la noche.Durante las noches tórridas de verano, el calor puede dificultar aún más el descanso. Para sobrellevar estas condiciones, los doctores Álex Iranzo y Carles Gaig, neurólogos expertos en sueño del Hospital Clínic Barcelona, recomiendan mantener una temperatura agradable en la habitación, darse una ducha antes de dormir, asegurar una buena ventilación, evitar cenas abundantes y limitar el consumo de alcohol en las horas previas al descanso.
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Cuando cuesta conciliar el sueño en noches de insomnio ocasional, es fundamental no caer en la preocupación excesiva ni forzarse a dormir. Se aconseja levantarse, salir del dormitorio y realizar una actividad monótona o relajante hasta que el sueño regrese de forma natural. Si esta dificultad persiste por más de quince días, lo más adecuado es consultar con un médico.
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