Ni yogur ni kéfir: el alimento lleno de probióticos para evitar la hinchazón abdominal en verano

Los probióticos han ganado protagonismo en la alimentación actual gracias a sus efectos positivos sobre la salud intestinal, especialmente durante el verano, cuando las molestias digestivas, como la hinchazón abdominal, se vuelven más frecuentes. Estos microorganismos vivos presentes en alimentos fermentados contribuyen a equilibrar la flora intestinal, refuerzan el sistema inmunológico y ayudan a mejorar la digestión.

Al consumir probióticos de forma habitual, se promueve un entorno intestinal más saludable, capaz de actuar como barrera frente a bacterias nocivas. También compensan el desequilibrio que puede causar el uso de antibióticos, reduciendo la aparición de síntomas como gases o diarrea. Además, como destaca la Universidad de Harvard, algunos estudios señalan su eficacia en la prevención o tratamiento de dolencias como la colitis ulcerosa, el síndrome del intestino irritable o la enfermedad de Crohn.

El tempeh: una fuente natural de probióticos

Entre los alimentos ricos en probióticos, el tempeh ha empezado a ocupar un lugar destacado en los supermercados y en las dietas de quienes buscan mejorar su salud digestiva. Se trata de un producto de origen indonesio, elaborado a partir de soja fermentada, lo que lo convierte en una alternativa vegetal de alto contenido proteico y con propiedades funcionales para el organismo.

La fermentación del tempeh no solo le otorga su característico sabor y textura firme, sino que también reduce los niveles de ácido fítico, un antinutriente que dificulta la absorción de minerales esenciales como el hierro y el zinc. De esta forma, mejora la biodisponibilidad de estos nutrientes. Además, durante el proceso de fermentación se genera vitamina B12, un elemento escaso en la mayoría de alimentos de origen vegetal.

El tempeh es una opción ideal para combatir la hinchazón abdominal gracias a su efecto beneficioso sobre la flora intestinal. También es una excelente fuente de calcio vegetal y contiene una cantidad significativa de proteínas, lo que favorece la saciedad y ayuda a controlar el apetito. Según el portal de salud Healthline, una alimentación rica en proteínas puede estimular la termogénesis, aumentando el metabolismo y facilitando la quema de calorías tras las comidas.

Una dieta con mayor contenido proteico, como la que incluye tempeh, puede además reducir la sensación de hambre, ayudando a mantener un mejor equilibrio alimentario. Un estudio señaló que los aperitivos elaborados con soja y con alto contenido proteico favorecían el control del apetito, aumentaban la sensación de saciedad y contribuían a mejorar la calidad global de la alimentación frente a los que contenían un mayor porcentaje de grasas. Este probiótico puede integrarse fácilmente en cualquier menú. Aunque se puede consumir en crudo, se recomienda cocinarlo en sartén u horno para realzar su sabor. Su textura compacta permite cortarlo fácilmente e incorporarlo en ensaladas, salteados, guisos o sopas.