La soledad causada por los smartphones: la OMS advierte de una crisis silenciosa

¿Sabes lo que se siente la soledad? ¿No? Entonces probablemente no eres adolescente ni perteneces a la generación anterior. Durante mucho tiempo, las personas mayores y mayores moldearon nuestra imagen de la soledad: una pareja ha fallecido, un antiguo círculo de amigos se ha reducido. La falta de movilidad y las discapacidades físicas hacen el resto.
El hecho de que las personas mayores sean marginadas de la sociedad y que la participación social dependa en gran medida de su propia iniciativa es bastante grave. El hecho de que, como sociedad, no estemos haciendo nada para abordar el problema, a pesar de que todos somos conscientes del dolor de la soledad desde la pandemia del coronavirus, lo agrava aún más. Incluso hoy, una de cada tres personas mayores está socialmente aislada, según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) . Estas cifras son mundiales, pero coinciden en gran medida con las de este país.

La guía para la salud, el bienestar y toda la familia. Cada dos jueves.
Al suscribirme a la newsletter acepto el acuerdo de publicidad .
Sin embargo, un desarrollo reciente también muestra que los adolescentes sufren de soledad casi con la misma frecuencia. Según la OMS, uno de cada cuatro sufre aislamiento social. Por lo tanto, la soledad ya no es solo un problema para las personas mayores, sino también, cada vez más, para las generaciones más jóvenes. Esto no solo ha ocurrido desde la pandemia, aunque sin duda actuó como catalizador. Esto también lo confirma una encuesta realizada por el Instituto Federal de Investigación Demográfica (BiB) el año pasado: «En la fase pospandémica, la soledad persiste en un nivel alto; hay una tendencia a la cronicidad», advirtió entonces la socióloga del BiB, Sabine Diabaté.
El culpable de la soledad juvenil se identifica rápidamente y contribuye a la cronicidad de la enfermedad: los teléfonos inteligentes y los medios digitales son los culpables, según la OMS. Pero no es tan sencillo. Es cierto que las conversaciones cara a cara se han vuelto poco frecuentes en la era digital. Términos de reciente aparición como "phubbing" (que, en términos sencillos, significa jugar con el móvil mientras se conversa) ponen de relieve el problema más grave. Y sí, una experiencia así es dolorosa, sobre todo cuando tenemos que compartir la atención de nuestra pareja o padres. ¿Cómo es posible el contacto y la conexión reales cuando es el teléfono inteligente, y con él todas las relaciones parasociales, lo que llevamos más estrechamente con nosotros?
Los adolescentes, como ningún otro grupo demográfico, necesitan modelos a seguir y pautas para lidiar con el mundo digital, que es tan tentador como dañino. Unas normas más estrictas sobre el uso de celulares en las escuelas son, sin duda, un paso en la dirección correcta. Pero aún más, necesitan adultos disciplinados —padres, maestros y otros modelos a seguir— que les dediquen toda su atención. Simplemente tienen que elegir hacerlo. De lo contrario, la creciente soledad frente a los teléfonos inteligentes será casi imposible de contener.
rnd