Se ha convertido en una crisis global: el peligro silencioso aumenta las muertes

Según el estudio Global Burden of Disease, el número de personas afectadas por enfermedades y lesiones ha aumentado un 11 por ciento desde 2010. Durante el mismo período, las pérdidas de salud debido al alto nivel de azúcar en sangre aumentaron un 6 por ciento, mientras que los factores de riesgo clásicos como el colesterol alto y la presión arterial disminuyeron un 15 por ciento.
'AÚN NO ESTÁ RESUELTO'Los expertos afirman que, a pesar de que factores como la disminución del tabaquismo, la exposición a la contaminación atmosférica y la hipertensión se están controlando, la obesidad sigue siendo una importante amenaza sin resolver. "Gracias a las políticas gubernamentales y a los medicamentos, hemos podido reducir muchos factores de riesgo, pero la obesidad permanece intacta", afirmó el profesor Naveed Sittar, especialista en enfermedades cardiovasculares de la Universidad de Glasgow.
Sittar señala que hoy en día las personas adoptan estilos de vida más sedentarios y consumen más alimentos procesados y de alto contenido calórico. El estudio reveló que, si bien el consumo de grasas trans y sal ha disminuido a nivel mundial, el consumo de bebidas azucaradas y carne procesada ha aumentado significativamente.
El aumento de los niveles de azúcar en sangre asociado con la obesidad también aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas y renales. Según Sittar, el problema es doble: los pacientes con enfermedades crónicas que viven con obesidad se vuelven resistentes al tratamiento, y la obesidad puede conducir al desarrollo de nuevas enfermedades.
En los últimos años, los fármacos de la clase GLP-1 (p. ej., semaglutida) han demostrado ser prometedores en el tratamiento de la diabetes y la obesidad. Sin embargo, Sittar señala que estos fármacos son actualmente caros, tienen una disponibilidad limitada y solo son eficaces a largo plazo. «Estos fármacos no se utilizan actualmente de forma generalizada. Hasta que se desarrolle una presentación en comprimidos, será difícil lograr un cambio significativo», afirma.
Esta tendencia está afectando gravemente no solo a los adultos, sino también a los niños. Según investigaciones, más de mil millones de personas en todo el mundo son obesas, de las cuales 159 millones son niños y adolescentes. Entre 1990 y 2022, las tasas de obesidad infantil se cuadruplicaron y las de los adultos se duplicaron con creces.
Sin embargo, los investigadores informan que los problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión también han ido aumentando en términos de carga de enfermedad desde la pandemia.
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