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¿Está relacionado el autismo con la microbiota?

¿Está relacionado el autismo con la microbiota?

Hay muy pocos estudios, y en adultos, prácticamente ninguno, que hablen de la relación de la microbiota y el autismo. En niños sí existe alguno, pero no hay nada concluyente en ellos.

Una de las cosas que se han observado en estos estudios de los que hablamos son alteraciones de la microbiota en personas con autismo. Pero hay que tener en cuenta algo importantísimo: estamos hablando de grupos de población que, de forma mayoritaria, tienen muchas restricciones en su alimentación. Esto se debe a las hipersensibilidades o a la rigidez. Lo que ocurre con estas alteraciones observadas en la microbiota de niños autistas es que no está claro si son causa o consecuencia. Es decir, que si realmente las personas autistas tienen alteraciones de la microbiota relacionadas de alguna forma con la aparición del autismo o que por las alteraciones del autismo, por la rigidez, por no querer probar cosas nuevas o porque solo comen determinados alimentos a causa de sus dificultades sensoriales, el resultado es que se les altere la microbiota.

Pero quizá si comenzamos describiendo lo que son el autismo y la microbiota puedas entender mejor de lo que hablamos. En el entorno clínico siempre nombramos el autismo como trastorno, pero también que es verdad que entendemos que hay una parte de la población que puede tener síntomas o clínica autista sin llegar a ser disfuncional. Pero como tal, el espectro del autismo es un trastorno del neurodesarrollo que básicamente se manifiesta por dificultades en la comunicación y la interacción social. Además, las personas que están en el espectro autista suelen presentar una serie de patrones, actividades y forma de funcionar más restrictiva y repetitiva. Traduciéndolo a un lenguaje entendible, serían aquellas personas con dificultades, sobre todo en las relaciones sociales y la comunicación. Por otra parte, son personas que muchas veces tienen unos intereses un poco más obsesivos o restringidos, una manera de funcionar un poco menos flexible. Es decir, los aspectos alterados en el autismo están muy relacionados con las cuestiones sensoriales.

En cuanto a la microbiota, de lo que hablamos en este caso es de la microbiota del aparato digestivo, pero la microbiota es el conjunto de bacterias que colonizan, pues, la piel, el aparato digestivo, incluida la boca, y también el aparato genital. Es muy importante entender que las bacterias que conforman la microbiota no son patológicas necesariamente, algunas pueden serlo, pero muchísimas de ellas no lo son. Por ejemplo, muchas de ellas ayudan en la digestión y también nos protegen de muchas cosas, ayudan a mantener el sistema inmune o regulan el metabolismo y el balance energético.

Hablamos de una serie de microorganismos que conviven con nosotros y con los que estamos en una simbiosis y en una homeostasis. Lo que ocurre, y que cada vez se estudia más, es que esas simbiosis y homeostasis en ocasiones se desregulan y entonces pueden aparecer alteraciones o enfermedades.

Respecto a la relación de la microbiota con el autismo, nos encontramos que muchos de los artículos científicos publicados tienen fallos metodológicos porque no describen el perfil de dieta que estaba tomando esa persona, por lo que no es posible hacer una lectura correcta de sus resultados. Puedes, más o menos, interpretar que sí, que parece que podría haber algún perfil distinto. Pero también debes saber que esa microbiota alterada que se observa no puede calificarse como mejor o peor que la de las personas que no tienen autismo, simplemente se ve que es diferente.

Otro asunto que se ha estudiado mucho es si las alteraciones en la microbiota se relacionan con peores síntomas autistas, es decir, si esas alteraciones pueden provocar más sintomatología autista, pero tampoco estas investigaciones han obtenidos resultados concluyentes. Sí se ha visto resultados de personas con autismo y con microbiotas alteradas a las que les daban probióticos, quizá mejoraba un poco su función gastrointestinal, pero no hay estudios a día de hoy que concluyan que tratar aspectos relacionados con la microbiota con probióticos mejore los síntomas del autismo.

Lo que es indiscutible es la importancia del eje intestino-cerebro. En nuestro hospital estamos estudiando la microbiota en relación con autismo, trastorno de déficit de atención, depresión o esquizofrenia, es decir, probablemente todo lo que ocurre en nuestra microbiota puede influir en la salud mental, pero no sabemos todavía cómo.

Por todo esto, la recomendación de alimentación para las personas que están dentro del espectro autista es la dieta mediterránea. Queremos decir que no está científicamente justificado eliminar de la dieta de las personas autistas ningún producto, sea gluten, lactosa o cualquier otro, excepto si esa persona tiene alguna intolerancia o alergia a esos alimentos concretos.

Laura Gisbert es doctora en psiquiatría, profesora e investigadora del Hospital Universitario Vall d’Hebron, coordinador del Programa de Atención Integral al Trastorno del Espectro Autista del Servicio de Salud Mental del mismo hospital.

María Martínez Ramírez es especialista en psiquiatría de adultos y de niños y adolescentes, trabaja en el Programa de Atención Integral al Trastorno del Espectro Autista del Servicio de Salud Mental del hospital Universitario Vall d’Hebron.

Pregunta enviada vía email por Juana C Fernández.

Coordinación y redacción: Victoria Toro.

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