Aumenta en estos meses nostalgia, tristeza y duelo

Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre se incrementan los estados depresivos, fenómeno relacionado con la proximidad de las festividades del Día de Muertos, la Navidad y Año Nuevo, y la reflexión sobre las metas no cumplidas, explicó la psicóloga clínica Rubí Briceño Correa.
La especialista indicó que, en esta época, las personas tienden a realizar un balance de lo vivido durante el año y recordar pérdidas significativas, ya sea de familiares queridos o mascotas, lo que puede generar sentimientos de tristeza y melancolía. “Es un período en el que debemos estar más atentos a los signos de depresión”, advirtió.
Al acercarse las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, el recuerdo de quienes han fallecido se intensifica. “Son fechas que evocan nostalgia y añoranza, especialmente porque coinciden con la época de los fieles difuntos”, añadió Briceño Correa.
Época de finados
En relación con el Día de Muertos, la psicóloga señaló que esta conmemoración tiene tanto aspectos positivos como negativos. Su impacto emocional es innegable, aunque varía según la experiencia individual y el grado de conexión con la tradición.
“Hay familias para las que la fecha es muy significativa, mientras que otras la celebran más por costumbre social”, explicó. El impacto emocional —ya sea positivo o negativo— depende de la vivencia personal de las pérdidas y el valor simbólico que se otorgue a la tradición.
Entre los efectos positivos, Rubí Briceño destacó que la conmemoración fortalece el sentido de pertenencia familiar y comunitaria, fomenta la solidaridad y puede considerarse una forma de homenaje a quienes ya no están. “Incluso puede servir como un proceso terapéutico, porque permite un cierre emocional y promueve la reflexión sobre la vida y la muerte”, expresó.
La especialista añadió que estas celebraciones también favorecen la convivencia familiar y comunitaria. “El hecho de reunirse para preparar y compartir alimentos tradicionales como el pib fortalece la unión y el sentido de apoyo mutuo”, aseguró.
Aspectos negativos
No obstante, la psicóloga reconoció que para algunas personas el Día de Muertos puede reactivar sentimientos de duelo o tristeza, sobre todo cuando se recuerda la pérdida de un ser querido. “En ciertos casos puede desencadenar una regresión emocional o un duelo no resuelto”, advirtió.
Además, destacó que la presión social por participar en las celebraciones —asistir a eventos, visitar cementerios o recorrer el Paseo de las Ánimas— puede resultar abrumadora, especialmente para quienes atraviesan un duelo reciente.
Briceño señaló que la comercialización excesiva de esta festividad ha contribuido a la pérdida de autenticidad, lo que puede resultar decepcionante para quienes valoran la tradición.
La especialista enfatizó que el impacto emocional del Día de Muertos puede ser dual: positivo o negativo, e incluso ambos en la misma persona. Por ello, recomendó prestar atención a quienes se vean afectados emocionalmente durante estas fechas y, de ser necesario, canalizarlos con profesionales de la salud mental.
La psicóloga Briceño Correa subrayó que el dolor por la pérdida de una mascota puede ser tan intenso como el de perder a una persona. “He tenido pacientes que buscan terapia por la muerte de su mascota, y su sufrimiento puede ser devastador”, señaló.
El grado de dolor depende de la relación que se haya tenido con el animal. “Para muchas personas, su mascota era su única compañía y su pérdida equivale a la de un ser humano”, manifestó.
El duelo, en estos casos, puede incluir sentimientos de tristeza, vacío, nostalgia y, sobre todo, culpa. “La persona siente que no hizo lo suficiente, que descuidó a su mascota o que no estuvo presente”, indicó. Este sentimiento es especialmente común porque los animales dependen totalmente del ser humano.
Advirtió que estas pérdidas no deben subestimarse, ya que, en casos extremos, pueden conducir a pensamientos suicidas. “Algunas personas requieren ayuda profesional para procesar el dolor y superar la culpa”, afirmó.
Cada individuo vive el duelo de manera distinta: algunos hallan consuelo en los recuerdos y en rendir homenaje a su mascota, incluso colocándola en el altar de muertos, mientras que otros necesitan acompañamiento terapéutico para completar el proceso.— CLAUDIA SIERRA MEDINA
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