¿Puede un lunar solar convertirse en melanoma? Seis cosas que debes saber antes, durante y después de la exposición.

Con la llegada del verano, la gente se desnuda y aparecen lunares y otras lesiones cutáneas que a menudo pasan desapercibidas durante el año. Pero ¿cómo debemos comportarnos ante un lunar diferente? ¿Es siempre necesario acudir al especialista? ¿Y qué necesitamos saber realmente para proteger nuestra piel? Hablamos de ello con el profesor Marco Ardigò , catedrático de Dermatología en la Universidad Humanitas, jefe de Dermatología Oncológica en el Instituto Clínico Rozzano y coordinador del CTS Intergruppo Parlamentare. Enfermedades de la piel y salud de la piel.
1. ABCDE: El alfabeto que puede salvarte el pellejoMuchas personas descubren lunares nuevos en esta época del año y antes de salir de vacaciones, sobre todo si el destino incluye exposición solar, y para asegurarse, desean hacerse un chequeo médico y ver si hay lunares sospechosos. Pero antes incluso de solicitar una visita médica, también es importante observar la piel cuidadosamente. Los lunares, aunque a menudo inofensivos, a veces pueden ocultar señales que no deben subestimarse. Para reconocer los lunares sospechosos, existe una regla práctica y fácil de recordar: la regla ABCDE.
Cada letra corresponde a una señal de alerta a la que prestar atención: Asimetría, Bordes irregulares, Color no uniforme, Dimensiones superiores a 6 milímetros y Evolución con el tiempo . Un lunar que cambia de apariencia, pica, sangra, duele o no cicatriza es una señal que no debe ignorarse: contactar a un dermatólogo puede marcar la diferencia.
2. El primer chequeo lo puede realizar su médico de cabecera.¿A quién contactar para una revisión inicial? “No siempre es necesario contactar inmediatamente con un dermatólogo”, responde Ardigò. “Acudir a su médico de cabecera es de vital importancia porque él o ella puede realizar una evaluación inicial, identificar a los pacientes en riesgo y derivarlos a un especialista solo si es necesario. De esta manera, se evita la saturación en las clínicas y las visitas al especialista se reservan para quienes realmente las necesitan”. Lo que preocupa a los especialistas es el hecho de que con el aumento de las solicitudes de visitas dermatológicas especializadas y debido a la contracción progresiva de los recursos sanitarios, hay un retraso progresivo en la atención de pacientes con sospecha de cáncer de piel, con la consiguiente pérdida de efectividad de los tratamientos y la necesidad de recurrir a terapias más complejas y exigentes tanto para los pacientes como para el sistema sanitario. “Pero es importante reiterar”, enfatiza Ardigò, “que revisar los lunares debe ser una práctica rutinaria y no solo una preocupación que surge en las vacaciones”.
3. Los lunares no se convierten en melanoma.La exposición a los rayos solares es la principal causa de la aparición de cánceres de piel, que están aumentando significativamente en Italia: la incidencia del melanoma crece a un ritmo del 5 % más de casos cada año, con 14 900 nuevos casos diagnosticados en 2020 y se prevén más de 17 000 para este año. El carcinoma basocelular , el cáncer de piel más común, afecta a 1 de cada 1000 personas, mientras que el carcinoma espinocelular representa 22/23 casos por cada 100 000. Una de las creencias más extendidas es que «un lunar puede convertirse en melanoma». Pero esto no es así.
“El melanoma”, explica Ardigò, “no es la transformación de un lunar, sino una lesión que aparece en la mayoría de los casos en piel sana. También puede surgir de un lunar preexistente, pero es menos frecuente. Por eso, es importante saber qué buscar y no centrarse solo en los lunares”. La prevención también es esencial, ya que en el 80 % de los casos, si se diagnostica y se trata adecuadamente, el melanoma se resuelve con una simple extirpación quirúrgica.
4. Al exponerse al sol, proteja toda la piel.Durante la exposición solar, ¿qué riesgos corren los lunares y cómo podemos protegerlos eficazmente? ¿Necesitamos protección solar específica? «No es necesario proteger los lunares individualmente», enfatiza Ardigò, «sino toda la superficie de la piel de forma homogénea y repetida a lo largo del tiempo. Esto es lo que reduce el riesgo asociado a los rayos ultravioleta. No existen protectores solares específicos para los lunares: necesitamos una protección solar de amplio espectro y alta (FPS 50+), que se aplique cada dos horas y después de nadar».
En general, es necesario evitar conductas indebidas que no solo se refieren a la exposición solar excesiva, sino también al uso inadecuado de protectores solares inadecuados o de baja calidad, la falta de ropa protectora por parte de personas en riesgo y el uso de lámparas UV para el bronceado artificial. Todas estas conductas deben evaluarse en función del nivel de riesgo individual, manteniendo un alto nivel de concienciación del peligro.
5. Las personas con piel clara o muchos lunares deben tener más cuidado.Hay categorías de personas consideradas de mayor riesgo. «Quienes tienen piel muy clara, ojos y cabello claros, y pocos lunares, tienen mayor riesgo de desarrollar melanoma», señala Ardigò. Pero incluso quienes tienen muchos lunares deben ser monitoreados cuidadosamente: en estos casos, el mayor riesgo es que una nueva lesión pase desapercibida. La genética juega un papel importante, pero la vigilancia sigue siendo esencial.
6. Después de las vacaciones, observa los cambiosEs necesario prestar mucha atención incluso después del verano. Exponerse al sol no modifica un lunar hasta el punto de transformarlo en un melanoma, pero puede revelar lesiones sospechosas. «Es importante saber que la exposición a los rayos UV puede favorecer la aparición de nuevos melanomas», explica Ardigò. «No se trata de la evolución de un lunar, sino de una lesión que nace y crece desde cero. Por lo tanto, después del verano, conviene realizar una evaluación general de la piel».
La Repubblica