Para salvar el Servicio Nacional de Salud se necesitan 30.000 médicos y enfermeras, junto con aumentos salariales de entre 1.000 y 2.000 euros al mes.

Los problemas críticos que han afectado al Servicio Nacional de Salud durante demasiado tiempo son numerosos y bien conocidos: desde problemas agudos en urgencias hasta larguísimas listas de espera para pruebas y tratamientos de enfermedades graves. Por lo tanto, la medida adoptada por el ministro de Sanidad, Orazio Schillaci, de poner fin, a partir de finales de julio, a los contratos con cooperativas que proporcionan los llamados médicos de urgencias remunerados es bienvenida. Estos médicos remunerados no necesariamente son expertos en las especialidades y procedimientos clínicos que deben realizar. Sin embargo, su repentina escasez tras la medida ministerial, si no se compensa con la contratación inmediata de personal idóneo, como se esperaba desde hace tiempo, podría crear un peligroso vacío, cuyas consecuencias son inciertas. Por lo tanto, sigue existiendo una gran preocupación por la grave escasez estructural y de personal que afecta a los hospitales italianos, y una reforma integral urgente del sistema de salud pública es cada vez más esencial.
Una reforma que debe centrarse en varios objetivos específicos. En concreto, son esenciales: un plan especial de contratación, dado que se necesitan urgentemente al menos 10.000 médicos especialistas y 20.000 enfermeras para garantizar la continuidad y la calidad de la atención, desde urgencias hasta la gestión de enfermedades crónicas; y un aumento significativo de los salarios de médicos y enfermeras, tanto de personal existente como de nueva incorporación, hasta 2.000 y 1.000 euros netos mensuales, respectivamente, como medida esencial para mejorar sus competencias y contrarrestar el creciente éxodo de estos profesionales al sector privado o al extranjero. También se necesitan incentivos específicos para médicos y residentes en las áreas clínicas más críticas, como la medicina de urgencias y muchas otras áreas donde las solicitudes son cada vez más escasas.
También es necesaria la introducción de nuevos roles profesionales esenciales para la innovación y la investigación, como gestores de datos, bioestadísticos, enfermeros de investigación y expertos en inteligencia artificial. Estos roles son esenciales para un Sistema Nacional de Salud (NHS) moderno e integrado digitalmente. Otro objetivo clave es el aumento estructural de la capacidad de camas hospitalarias, actualmente muy por debajo de la media de otros países europeos, y el fortalecimiento de la integración hospitalaria-local. Todas estas medidas son esenciales para contener los problemas más agudos y las emergencias actuales que enfrenta nuestro sistema sanitario.
Como Foro, enfatizamos que, sin una reforma audaz y estructural, el Servicio Nacional de Salud corre el riesgo de volverse cada vez más frágil y desigual, incapaz de satisfacer las necesidades de salud de una población cada vez más envejecida y con enfermedades complejas. Por ello, se necesita una visión a largo plazo que reoriente el papel de la sanidad pública, los profesionales sanitarios y la medicina clínica de calidad. El Foro seguirá ofreciendo su contribución técnica y científica para apoyar cualquier iniciativa política destinada a garantizar que la ciudadanía reciba una atención sanitaria equitativa y sostenible basada en competencias y valores compartidos.
* Presidente del Foro de Sociedades Científicas de Médicos Clínicos de Hospitales y Universidades Italianas
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