Mosela. Víctimas de un derrame cerebral a los veinte años, Elise y Louis se enamoran y se involucran en temas de discapacidad.

"Esta tragedia ocurrió porque teníamos que encontrarnos, eso es obvio", dice Elise con una sonrisa. Como todo, paradójicamente, esto evoca recuerdos dolorosos relacionados con el derrame cerebral que la dejó sin aliento. Eso fue hace diez años. Tenía poco más de veinte años, terminando sus estudios de medicina, cursando una maestría en investigación ¡e incluso preparándose para una maratón! Fue durante una sesión de running que todo cambió: "Eran las seis de la mañana, estaba corriendo antes de ir corriendo a clase. Ninguna señal me alertó, me desplomé. Imposible levantarme. Pero el cerebro no es tonto...". La becaria lo sabe. "Estaba sufriendo un derrame cerebral. Ese dolor de cabeza repentino, las sensaciones". La corredora no puede gritar, pero empieza a emitir sonidos. Por suerte, una policía municipal empieza su turno a esa hora tan temprana. "¡Me oyó y probablemente me salvó la vida!".

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