¿Qué comer para tener mejor salud mental y física? Según neuropsicóloga ‘el secreto está en la microbiota’

La neuropsicóloga Daniela Graiño llegó a Colombia desde Argentina en 2002. La experta se formó como especialista en neuropsicología en la Universidad Favaloro (Argentina) y en el Politécnico Grancolombiano, donde por primera vez escuchó hablar de la microbiota. Ese concepto, que en un inicio conoció por su relación con el comportamiento infantil, se convirtió luego en el eje de sus investigaciones personales y su interés profesional.
Además de formarse en psicología y neuropsicología, cursó estudios en psiconutrición y nutrición en la Universidad de los Andes, lo que la llevó a integrar conocimientos científicos y prácticos sobre el impacto que tienen los alimentos en la salud del cuerpo y la mente. Desde abril de este año divulga ese conocimiento en su proyecto @MicrobioMood en Instagram, una cuenta pensada para hacer accesible esta información con recetas, datos científicos y consejos útiles.
Graiño asegura que el secreto de una vida saludable está en la microbiota intestinal, por su capacidad de influir en el sistema inmune, la digestión, la calidad del sueño, el estado de ánimo y hasta las emociones. Por eso insiste en que lo que comemos no solo nutre el cuerpo, también impacta el alma.
¿Qué lo que comemos tiene tanto impacto en cómo nos sentimos?Bueno, primero no está de más volver a recordar qué es la microbiota. Es el conjunto de millones de bacterias. Nosotros vivimos en armonía con ellas. Hay microbiota en la boca, en la vagina… En mi caso, me dedico a esta que es la más importante, la de la que todo el mundo habla: la microbiota intestinal.
¿Por qué? Porque está en contacto con el cerebro. Hay una cosa que se llama el eje intestino-cerebro, y es la manera en que se conectan. Están totalmente conectados. Tanto la microbiota —que se conoce como el “segundo cerebro”— como el sistema entérico tienen millones de neuronas, incluso más que las que hay en la médula. Ambos comparten un lenguaje, que es el de las neuronas, y tienen una conexión directa: el nervio vago.

La microbiota intestinal es clave para la salud mental, según Graiño. Foto:iStock
Entonces, hablamos de un eje donde todo lo que pasa en el intestino tiene un impacto enorme en el cerebro. El 80 % de los impulsos van de abajo hacia arriba. Esto se puede explicar fácilmente: uno recibe una mala noticia y, al segundo, siente algo en el estómago. De la misma manera, si uno está mal alimentado, si tiene disbiosis, todo el sistema empieza a fallar. Porque de cómo esté tu microbiota dependen tu estado de ánimo, tus defensas, tu digestión… Están interconectados inevitablemente.
¿Cómo deberíamos comer para que lo que ingerimos no solo alimente el cuerpo, sino también la mente?Es muy sencillo. Yo lo que pretendo es volver a los orígenes, volver a las abuelas, a cómo cocinaban. Bueno, yo hablo de cómo cocinaban mis abuelas, de lo argentino. Imaginate volver a esa comida donde no existían los ultraprocesados. Lo primero que digo que hay que sacar es todo lo que sea ultraprocesado, todo lo que pasó por muchísimos procesos para llegar a ser lo que es.
Siempre tenemos que pensar que si en una etiqueta aparecen un montón de ingredientes que uno no tiene en su alacena, no lo compres. Porque eso son químicos, o son cosas que quizás no son beneficiosas para nuestro organismo.
Lo que yo propongo es eliminar los ultraprocesados y comer de la forma más sencilla posible: frutas, verduras, legumbres. Es muy sencillo, no se necesita nada especial. Mi mercado es la plaza de mercado. Todo lo que consumo lo compro allí: frutos secos, frutas, verduras.

Según Graiño los ultraprocesados tienen un impacto negativo en la microbiota. Foto:iStock
También propongo alejarse del azúcar. El azúcar… no te puedo decir que es un veneno, pero no es buena. Hay reemplazos, pero lo ideal sería eliminarla por completo. Lo mismo con las harinas refinadas: hay que pasarse a lo integral, que es lo que más aporta fibra. La microbiota se alimenta de lo mismo que nosotros, necesita fibra. El 50 % de nuestra alimentación debería ser fibra.
Y la microbiota no solo tiene que ver con lo que comés. También tiene que ver con tomar agua, hacer ejercicio. La microbiota mejora si caminás, si te movés. Además, hay que darle variedad. Cada cosa que comemos alimenta una bacteria distinta. Si le damos variedad, colores, alimentos diferentes, vamos a tener una microbiota robusta y potente.
¿Y eso qué impacto tiene en la salud mental?Enorme. Vos pensá que el 80 % de la serotonina se produce en el intestino, en una microbiota que esté sana. Cada neurotransmisor tiene su función. La serotonina está relacionada con la calma, el bienestar. La dopamina con el placer, la motivación. Si tenés una microbiota pobre, que no produce serotonina, vas a tener ansiedad, nerviosismo… incluso falta de empatía.
Yo relaciono mucho la serotonina con la empatía. Cuando me siento bien, puedo ver al otro de una manera distinta. Me puedo acercar de otra manera. Es apasionante.

La serotonina está relacionada con la calma, el bienestar. Foto:iStock
Y no es que los neurotransmisores que se producen en la microbiota viajan al cerebro, sino que el nervio vago transmite señales de que todo está bien. Hay producción también en el cerebro, pero es lograr una armonía entre los dos.
Yo lo practico desde hace años. Nunca lo hablé en el Instagram, pero tengo ejemplos personales. Por ejemplo, cuando mi esposo tuvo una infección en la piel muy contagiosa, el médico me dijo que era inevitable que me contagiara… y no me contagié. Mi sistema inmune funcionó distinto. No digo que no me pueda enfermar, claro que sí, pero desde que cuido mi microbiota, es muy raro que me agarre una gripe.
¿Qué le recomendaría a alguien que quiere empezar a cuidar su microbiota?Primero, entender qué es la microbiota, entender la función que cumple. No es solo digestión. El 70 u 80 % del sistema inmune se encuentra en el intestino. Entender eso es muy importante.
Después, hay muchísima gente con ansiedad y con problemas de salud mental que se vería muy beneficiada cambiando su alimentación. A mí me gustaría que cuidar la microbiota fuera tan natural como lavarse los dientes. Estoy convencida de eso.

Una buena microbiota intestinal también se traduce en una buena digestión. Foto:iStock
Y también empezar por lo básico: alejarse de los ultraprocesados, cuidar el sueño, hacer ejercicio. No importa si no vas al gimnasio, caminá, exponete al sol. En MicrobioMood yo les doy tips para eso también.
Pero sobre todo: educarse. Saber qué es un ultraprocesado, saber que lo que comés te puede hacer bien o mal, saber leer etiquetas. Esos productos están diseñados para ser adictivos, pero son terriblemente dañinos para nuestro organismo.
Periodista de Medioambiente y Salud
eltiempo