La Dra. Aida López, fisioterapeuta, advierte: "Así puedes saber si te estás lesionando tu abdomen o suelo pélvico en el gimnasio"

Realizar mal un ejercicio de fuerza puede tener consecuencias más serias de lo que parece, especialmente cuando se trata del abdomen y el suelo pélvico. Muchas personas, sin saberlo, someten esta zona del cuerpo a una presión excesiva durante su rutina de entrenamiento, lo que puede derivar en lesiones y disfunciones a largo plazo. La doctora Aida López Brull, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, ha lanzado una advertencia a través de sus redes sociales para concienciar sobre este riesgo en gimnasios y entrenamientos en casa.

Según López Brull, el desconocimiento sobre el funcionamiento del suelo pélvico y su implicación en el ejercicio físico es todavía muy habitual. Esta estructura muscular cumple tres funciones esenciales: sostener órganos como la vejiga, el útero y el recto; controlar la continencia; y gestionar las presiones intraabdominales. Si el suelo pélvico está debilitado o se sobrecarga de forma incorrecta, pueden aparecer problemas como incontinencia urinaria o fecal, prolapsos, gases incontrolados o estreñimiento crónico.

“Si haces ejercicio de fuerza, ya sea en casa o en el gimnasio, quédate porque te voy a explicar cómo saber si lo estás haciendo mal o si te estás lesionando tu abdomen y tu suelo pélvico”, advierte la doctora a través de su cuenta de TikTok. Para ella, hay dos aspectos clave a los que prestar atención durante el entrenamiento: la respiración y la gestión del abdomen.

La respiración cuando levantas peo

El primer error que muchos cometen es aguantar la respiración al hacer fuerza. Esta práctica, muy común al levantar pesas, incrementa de forma brusca la presión dentro del abdomen, lo que repercute directamente sobre el suelo pélvico. “Tenemos que respirar mientras hacemos el ejercicio. No vale aguantar la respiración para intentar aguantar más peso. Siempre que hagas el esfuerzo hay que exhalar”, señala la experta.

Esta técnica de exhalar durante el esfuerzo es fundamental para aliviar la carga que recibe la musculatura profunda. Controlar la respiración no solo previene lesiones, sino que mejora la eficiencia del ejercicio y protege la zona pélvica frente al sobreesfuerzo.

Controlar el abdomen

El segundo punto a vigilar es la activación abdominal. Durante los ejercicios de fuerza, es habitual que el abdomen se proyecte hacia fuera, algo que, según la fisioterapeuta, indica una mala gestión de la presión interna. “Cuando hagas ejercicios de fuerza, el abdomen no puede salir hacia afuera, tiene que meterse hacia adentro y esto nos va a ayudar junto con la respiración”, explica López Brull.

La técnica adecuada consiste en exhalar mientras se activa el abdomen hacia dentro justo en el momento del esfuerzo, ya sea en ejercicios de fuerza. Esta coordinación protege la faja abdominal y el suelo pélvico, evitando que se sobrecarguen innecesariamente.