Fiebre amarilla: ¿podría extenderse a zonas urbanas en América Latina? Expertos explican la situación

Un reciente artículo publicado en la revista médica británica The Lancet advierte sobre la reaparición de la fiebre amarilla en regiones del país donde no circulaba desde hace décadas, como Tolima y Cundinamarca, y señala el riesgo de expansión hacia zonas urbanas y otros países de América Latina.
En el texto, escrito por los médicos Carlos Arturo Álvarez Moreno, de la Universidad Nacional de Colombia, y Alfonso Rodríguez, de la Universidad Científica del Sur (Perú), se destaca que entre 2024 y lo corrido de 2025 se han confirmado más de 110 casos en Colombia, algunos en áreas no tradicionalmente asociadas con la enfermedad, como el valle superior del río Magdalena.

Los funcionarios de la Oficina de Salud Pública en Barranquilla inspeccionan vacunación Foto:Alcaldía de barranquilla
Los expertos explican que este resurgimiento se debe a múltiples factores, entre ellos la baja cobertura de vacunación, la deforestación, el cambio climático y el crecimiento de actividades ilícitas que modifican los ecosistemas. También mencionan la adaptación de los mosquitos vectores a nuevas condiciones geográficas, incluyendo altitudes de hasta 2.200 metros sobre el nivel del mar.
La transmisión sigue siendo mayoritariamente rural, con participación de vectores como Haemagogus y Sabethes, aunque preocupa la posibilidad de propagación urbana a través del mosquito Aedes aegypti, también transmisor de dengue, chikunguña y zika.

Debe vacunarse si va a viajar a zonas donde hay vectores con al menos 10 días de anticipación. Foto:Archivo ET-Unisimon
Según el Instituto Nacional de Salud (INS), entre el 1 de enero y el 18 de junio de 2025 se han registrado 87 casos confirmados, en su mayoría en zonas rurales del Tolima, con una mortalidad significativa. Se estima que hasta un 10 % de los casos graves pueden ser letales, aunque los síntomas leves pueden pasar desapercibidos o confundirse con otras infecciones virales.
“Esta enfermedad, considerada como endémica de áreas selváticas o boscosas, se está desplazando a regiones en donde no circulaba antes, lo que enciende las alarmas sobre un posible brote urbano”, explicó el médico Álvarez.
Y es que si bien es erróneo decir que se los vectores de la enfermedad están en ciudades, es un escenario que no se puede descartar a futuro a menos de que haya una vacunación masiva.

Vacunación contra la fiebre amarilla. Foto:Sergio Acero/EL TIEMPO
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la fiebre amarilla permanece activa en 13 países de América Central y del Sur. En 2024 se registraron 61 casos y 30 muertes en la región, cifras que aumentaron en 2025 con 295 casos y 125 fallecimientos hasta mayo.
“Si este mosquito comienza a transmitir activamente la enfermedad en ciudades, podríamos enfrentar escenarios similares a los del siglo pasado”, advirtió el médico infectólogo de la Universidad Nacional.
Entre los siglos XVII y XIX la fiebre amarilla causó grandes epidemias que interrumpieron el desarrollo económico, provocaron migraciones y diezmaron poblaciones tanto en América como en Europa.
La prevención es fundamentalEntre las recomendaciones, se sugiere que las personas que viajen a zonas rurales o endémicas se vacunen con al menos 10 días de anticipación. La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y eficaz.
El nombre de la fiebre amarilla proviene del tono amarillento que puede adquirir la piel de algunos pacientes debido a la ictericia, uno de los síntomas más frecuentes en los casos graves. Esta coloración aparece cuando el virus afecta el hígado y dificulta su capacidad para procesar y eliminar la bilirrubina.

Alerta por la fiebre amarilla. Foto:
En cuanto a los efectos secundarios de la vacuna, especialmente en personas mayores de 60 años, el doctor Álvarez aclara que: “Aunque hay un riesgo ligeramente mayor de efectos adversos en esta población (12 casos por millón frente a 4 por millón en menores), el riesgo sigue siendo bajo en comparación con el de morir por la enfermedad. Por eso las personas mayores que viven en zonas endémicas deben vacunarse”.
Los efectos de la enfermedadTras la picadura del mosquito transmisor, se presenta un período de incubación de entre 3 y 6 días. Luego, la fiebre amarilla puede desarrollarse en tres fases clínicas:
Fase inicial (3 a 4 días): fiebre alta (hasta 40 °C), dolor de cabeza intenso, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolores musculares y lumbares. En algunos casos puede ser asintomática. Un signo característico es la bradicardia (condición en la que el corazón late más lento de lo normal) acompañada de fiebre.
Al presentar cualquiera de los síntomas es necesario acudir a un médico que valore el estado de salud de la persona. Cabe mencionar que esta enfermedad no se transmite de persona a persona, sino únicamente por la picadura de un mosquito que esté infectado de la misma.
Fase de mejoría o remisión: los síntomas desaparecen temporalmente durante 24 a 48 horas, lo que genera una sensación de aparente recuperación. Muchas personas se curan en esta etapa.
Fase tóxica (15 % de los casos): la fiebre reaparece, junto con ictericia, orina oscura, dolor abdominal, vómitos persistentes y sangrados en mucosas (nariz, boca, ojos, tracto gastrointestinal).
En esta fase también pueden presentarse complicaciones como insuficiencia hepática, daño renal, inestabilidad cardiovascular, convulsiones y coma.
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