20.000 empleos recortados: Cómo la administración Trump está socavando a las autoridades sanitarias



En Estados Unidos hubo despidos masivos y recortes en la financiación de la ciencia. / © IMAGO/MediaPunch
Casi a diario se informa sobre recortes cada vez mayores en la infraestructura informática del sistema estadounidense de salud y ciencia, vital no solo para Estados Unidos, sino para el mundo entero. Mantener una visión general, incluyendo la evaluación de las consecuencias, resulta difícil debido a la gran cantidad de instituciones afectadas. Además, el proceso está resultando errático, ya que hay informes constantes no solo de renuncias y salidas voluntarias de empleados gubernamentales altamente especializados, sino también porque los despidos masivos son seguidos repetidamente por nuevas contrataciones y recontrataciones.
Un claro resumen lo ofrece ahora un artículo del portal de periodismo de investigación «ProPublica», en el que se recopilan los enormes recortes a las autoridades sanitarias federales de Estados Unidos introducidos por la administración Trump desde enero de 2025, impulsados en gran medida por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr.
Oficialmente, los recortes se presentaron como medidas para combatir la burocracia excesiva, pero un análisis de datos realizado por periodistas de ProPublica muestra que son mucho más profundos y afectan principalmente al personal científico y de seguridad. Según la investigación, más de 20,500 empleados han perdido sus empleos tan solo en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. (HHS). Esto representa aproximadamente el 18% de la fuerza laboral de la agencia.
Pero otras agencias sanitarias y científicas clave también se ven afectadas. Por ejemplo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) La FDA ha perdido alrededor del 21 % de sus empleados, incluyendo más de 900 científicos y más de 500 reguladores. Esto elimina de forma efectiva un sistema de control centralizado para alimentos, medicamentos y dispositivos médicos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) también tuvieron que despedir a más de 3000 empleados, incluyendo a más de 1000 científicos responsables de la vigilancia de infecciones y la prevención de enfermedades. Programas importantes, como el monitoreo de la mortalidad materna e infantil y el monitoreo del envenenamiento por plomo en niños, se redujeron drásticamente o se suspendieron.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el mayor financiador público de investigación biomédica del mundo, perdieron más de 7000 empleados y tuvieron que cancelar más de 1450 becas de investigación. Con los despidos del personal administrativo responsable de aprobar y desembolsar las becas, numerosos proyectos de investigación en universidades se paralizaron o cancelaron.
Las pérdidas de personal afectan principalmente a científicos altamente cualificados, inspectores con amplia experiencia y expertos en áreas clave como la seguridad de las vacunas, las enfermedades crónicas y las enfermedades infecciosas. Numerosos jefes de departamento de alto nivel que desempeñaron un papel clave durante la pandemia de COVID-19 abandonaron las agencias bajo presión o fueron despedidos. Esto provocó una fuga de personal especializado sin precedentes.

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