Los hisopos de piel podrían detectar el Parkinson siete años antes de que aparezcan los síntomas

Un simple frotis cutáneo basado en el poder de los "superolores" podría detectar la devastadora enfermedad de Parkinson hasta siete años antes de que aparezcan los síntomas. Si bien los científicos saben desde hace años que los perros y algunas personas tienen la asombrosa capacidad de "olfatear" el Parkinson antes de que aparezcan los síntomas, ninguna prueba ha logrado recrearlo.
Pero ahora, expertos de la Universidad de Manchester han descubierto que compuestos en el sebo (el aceite presente en la piel humana) contienen pequeñas trazas de sustancias químicas que indican que una persona podría estar en las primeras etapas del párkinson. La investigación, publicada en la revista npj Parkinson's Disease , demuestra que los compuestos o "compuestos volátiles" presentes en el sebo contienen biomarcadores clave para identificar el párkinson en sus etapas iniciales.
Utilizando una técnica conocida como cromatografía de gases con desorción térmica y espectrometría de masas (TD-GC-MS), científicos de la Universidad de Manchester, en colaboración con Salford Royal NHS Trust y la Universidad Médica de Innsbruck, analizaron hisopos de piel de participantes con Parkinson, voluntarios sanos y aquellos con un trastorno del sueño llamado trastorno de conducta del sueño REM aislado (iRBD), un conocido signo de alerta temprana de la enfermedad de Parkinson.
Los resultados mostraron que las personas con iRBD tenían perfiles químicos distintos en su sebo que eran diferentes de los de los individuos sanos, pero aún no tan pronunciados como los de aquellos con enfermedad de Parkinson establecida.
Esto apoya la idea de que la enfermedad de Parkinson deja un rastro detectable en el cuerpo mucho antes de que aparezcan los síntomas físicos.
Joy Milne, quien apareció en programas de televisión por ser una "superolienta" y quien inspiró la investigación, también pudo distinguir los hisopos de personas con iRBD del grupo de control y de los pacientes con Parkinson.
Curiosamente, pudo detectar ambas enfermedades en dos de los hisopos procedentes de individuos con iRBD, a quienes luego se les diagnosticó Parkinson en su siguiente cita clínica, después de la toma de muestras.
La profesora Perdita Barran, profesora de espectrometría de masas en la Universidad de Manchester, dijo: "Este es el primer estudio que demuestra un método de diagnóstico molecular para la enfermedad de Parkinson en la etapa prodrómica o temprana.
Nos acerca un paso más a un futuro en el que un simple hisopado cutáneo no invasivo podría ayudar a identificar a las personas en riesgo antes de que aparezcan los síntomas, lo que permitiría una intervención más temprana y mejores resultados.
En el estudio participaron más de 80 participantes, incluidas 46 personas con Parkinson, 28 controles sanos y nueve con iRBD.
Encontraron 55 características significativas en el sebo que variaban entre los grupos.
Las personas con iRBD a menudo mostraron niveles que se ubicaban entre los controles sanos y el grupo de Parkinson, lo que refuerza la posibilidad de detectar la enfermedad en su fase temprana.
El Dr. Drupad Trivedi, investigador de la Universidad de Manchester, construyó un modelo que examinó los marcadores en un estudio de muestreo longitudinal.
Recopiló muestras de pacientes de Parkinson durante un período de tres años y encontró patrones que sugieren que este método también puede usarse para mapear la progresión de la enfermedad, lo que podría tener utilidad para refinar las opciones de tratamiento y mejorar los resultados de los pacientes.
El sebo también es fácil de recolectar usando hisopos de gasa de la cara o la parte superior de la espalda, lo que lo hace ideal para la detección de rutina no invasiva y el monitoreo regular.
Investigaciones anteriores del equipo también han demostrado que no necesita almacenarse en las mismas condiciones de frío que otros biofluidos, como la sangre, lo que reduce los costos asociados.
La investigación está inspirada en las observaciones de Joy Milne, lo que impulsó a los investigadores de la Universidad de Manchester a explorar el sebo como fuente de biomarcadores de diagnóstico.
Utilizando espectrometría de masas, una técnica que mide el peso de las moléculas, han descubierto que existen marcadores distintivos del Parkinson en el sebo, lo que les ha llevado a desarrollar esta prueba de hisopado no invasiva.
Estos hallazgos han sido validados recientemente en otro artículo, publicado hoy en el Journal of Parkinson's Disease, donde perros entrenados pudieron detectar el Parkinson en los pacientes reclutados por el Prof. Barren y el Dr. Trivedi con notable precisión al oler hisopos de piel.
Ahora, los investigadores continúan desarrollando y mejorando las pruebas basadas en sebo para usarlas eventualmente como una herramienta práctica en entornos clínicos del mundo real.
El Dr. Drupad Trivedi, profesor de Ciencias de la Medición Analítica en la Universidad de Manchester, afirmó: «Nuestro objetivo es desarrollar una prueba confiable y no invasiva que ayude a los médicos a detectar el Parkinson de forma temprana, rastrear su progresión y, en última instancia, mejorar los resultados de los pacientes.
También nos interesa conocer la opinión de otros individuos hiperósmicos, potenciales 'superolientes' como Joy, cuyo extraordinario sentido del olfato podría ayudarnos a ampliar nuestro trabajo para detectar otras enfermedades con posibles rastros de olor.
Cada año, se diagnostica párkinson a unos 18.000 británicos, y se estima que más de 10 millones de pacientes padecen esta enfermedad en todo el mundo. La enfermedad cuesta al NHS más de 725 millones de libras al año.
Los primeros signos del párkinson incluyen temblor, rigidez, lentitud de movimientos y pérdida del olfato. Otros signos comunes son problemas de equilibrio, como problemas de coordinación y calambres musculares.
El párkinson se debe a la muerte de las células nerviosas del cerebro que producen dopamina, una sustancia química que controla el movimiento. Los expertos aún trabajan para descubrir qué desencadena la muerte de estos nervios.
Pero se cree que se debe a una combinación de cambios genéticos y factores ambientales. El riesgo de desarrollar la afección aumenta con la edad, y la mayoría de los pacientes son diagnosticados después de los 50 años.
Daily Express