La diferencia más inesperada entre hombres y mujeres: los ácidos grasos no llegan al cerebro

El estudio, dirigido por el King's College de Londres (Reino Unido) y publicado en la revista Alzheimer's & Dementia, analizó muestras de sangre de pacientes con Alzheimer y de individuos sanos. El estudio incluyó a 306 pacientes con Alzheimer, 165 personas con deterioro cognitivo leve y 370 individuos sanos.
'FUE NUESTRO HALLAZGO MÁS INESPERADO'“Esta diferencia entre hombres y mujeres fue nuestro hallazgo más sorprendente e inesperado”, afirmó la Dra. Cristina Legido-Quigley, autora principal del estudio, enfatizando que podría haber una relación causal entre los niveles bajos de omega-3 y el Alzheimer, pero se necesita un ensayo clínico para aclararlo.
El estudio reveló que las mujeres con Alzheimer presentaban niveles más altos de grasas saturadas y más bajos de grasas insaturadas (especialmente ácidos grasos omega) en sangre. Este patrón no se observó en los hombres. Las grasas insaturadas se encuentran entre las grasas saludables generalmente asociadas con la salud cerebral.
Legido-Quigley señaló que si este cambio proviene del hígado o del metabolismo, es posible que lleguen menos ácidos grasos omega al cerebro de las mujeres. «Estas grasas nutren el cerebro», afirmó.
EL DOBLE DE COMÚN EN MUJERESLa enfermedad de Alzheimer es dos veces más común en mujeres que en hombres. Los expertos afirman que esta diferencia podría deberse a factores como la mayor esperanza de vida de las mujeres, las diferencias hormonales y del sistema inmunitario, y las oportunidades educativas históricamente limitadas.
Las dietas ricas en ácidos grasos omega-3, en particular la dieta mediterránea, se han vinculado desde hace tiempo con la salud cardiovascular y cerebral. Un estudio de 2022 reveló que las personas con niveles sanguíneos más altos de omega-3 en la mediana edad presentaban una mejor función cognitiva.
Sin embargo, algunos ensayos clínicos han demostrado que los suplementos de omega-3 no mejoran la función cognitiva en personas con diagnóstico de demencia. Por lo tanto, Legido-Quigley argumenta que se necesita un ensayo específico para determinar si los ácidos grasos omega tienen un efecto protector contra el Alzheimer, especialmente en mujeres.
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