Los síntomas de demencia que se pueden notar mientras cocinas

Asociamos normalmente la aparición de demencias como el Alzheimer a síntomas muy drásticos, como la pérdida de memoria, la dificultad con el lenguaje o la desorientación, y aunque en algunos casos estas patologías pueden debutar así, lo más habitual es que se produzcan pequeñas alertas. Desde la Alzheimer’s Society, una red británica de asistencia e investigación, alertan de dos síntomas que pueden aparecer en un espacio muy familiar para todos: la cocina.

Antes de aclarar de cuáles son esas dos señales, es importante tener en cuenta que, como explican las voces expertas en esta cuestión, hay que distinguir lo que es un pequeño olvido o despiste de un auténtico síntoma de demencia. Y en cuanto a lo que sucede en la cocina, hay factores externos que influyen en que nos despistemos puntualmente, como situaciones de estrés, la distracción del móvil u otros aparatos, gente que nos habla mientras cocinamos, etc.

Cuando no puede seguirse la receta de siempre

Se trata de dos pequeñas alertas que podemos advertir ranto en nosotros mismos como en familiares o amigos afectados, si fuese el caso. Desde la organización británica apuntan, en base a sus más de cuatro décadas de experiencia con pacientes, que la cocina se presenta como un espacio propicio para ver estas primeras señales.

Una de ellas sería que de repente se manifieste la dificultad para cocinar y hornear, especialmente si se trata de una receta totalmente familiar para esa persona, es decir, que antes de llegar a esa desorientación se la sabía a las mil maravillas. Como dos ejemplos prácticos podrían citarse: poner a hervir una olla sin agua o condimentar con azúcar en vez de sal, ahí estaría el deterioro cognitivo.

Una segunda señal de demencia que debería alertarnos, también especialmente detectable en la cocina por su importancia, es la disminución del olfato. Se trata de una función puede verse afectada cuando el proceso de disminución de las capacidades mentales, la memoria, el pensamiento y el lenguaje, ya ha comenzado.

¿Se puede cocinar con deterioro cognitivo?

Con esta reflexión sobre la cocina no se pretende lanzar el mensaje de que una persona con demencia tenga que abstenerse de ocupar la cocina si ese es un espacio agradable para ella (salvo en casos severos, claro). Lo principal es comentar con el neurólogo nuestras acciones cotidianas, de forma que nos oriente de qué prácticas pueden continuar y cuáles es mejor descartar. En todo caso, hay ciertos tips importantes para que las personas con deterioro cognitivo preparen sus recetas favoritas: