Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Mexico

Down Icon

Explican cómo se prepara el sistema inmunológico para la lactancia

Explican cómo se prepara el sistema inmunológico para la lactancia

Millones de bebés comienza a amamantar durante su primer mes de vida. La lactancia materna tiene beneficios reconocidos tanto para la madre como para el niño, ya que reduce el riesgo materno de cáncer de mama y de ovario, diabetes tipo 2 e hipertensión arterial, a la vez que fortalece la nutrición y el sistema inmunitario del bebé. Sin embargo, debido a que el embarazo y la lactancia han sido históricamente poco estudiados, aún desconocemos la base científica de muchos de estos beneficios.

Ahora, un equipo de inmunólogos del Instituto Salk (EE.UU.) parecen haber avanzado en el conocimiento de los mecanismos de este complejo proceso.

Basándose en investigaciones con animales y muestras de leche materna y tejido, los investigadores descubrieron que las células inmunitarias llamadas linfocitos T abundan en las glándulas mamarias durante el embarazo y la lactancia, y algunas se reubican desde el intestino. Es probable que estas células contribuyan a la salud materna e infantil.

Los hallazgos, publicados en 'Nature Immunology', pueden ayudar a explicar las ventajas de la lactancia materna, impulsar nuevas soluciones para las madres que no pueden amamantar e informar decisiones dietéticas que mejoren la producción y la calidad de la leche materna.

«Al investigar cómo cambian las células inmunes durante el embarazo y la lactancia, pudimos encontrar, por ejemplo, que se produce un aumento significativo de células inmunes en el tejido mamario durante la lactancia, un proceso que requiere la presencia de bacterias», explica Deepshika Ramanan, autora principal del estudio.

La mayoría de los estudios sobre la lactancia materna se centran en la relación entre el contenido de la leche y la salud infantil. Dichos estudios han demostrado que los bebés reciben importantes cantidades de bacterias intestinales y anticuerpos de la madre a través de la leche materna, lo que sienta las bases fundamentales para el desarrollo de su sistema inmunitario. Sin embargo, se sabe mucho menos sobre los cambios que sufre el cuerpo de la madre durante este periodo.

Algunas características del sistema inmunitario de la glándula mamaria pueden inferirse a partir de la investigación sobre el contenido de la leche. Por ejemplo, la presencia de anticuerpos en la leche materna implica la presencia de células inmunitarias productoras de anticuerpos, llamadas linfocitos B. Sin embargo, pocos han estudiado directamente la actividad de las células inmunitarias dentro de la propia glándula mamaria.

«Lo realmente emocionante es que no solo encontramos una mayor presencia de células T en las glándulas mamarias, sino que descubrimos que algunas de estas células T provenían del intestino», afirma Abigail Jaquish, investigadora en el laboratorio de Ramanan. «Creemos que probablemente estén apoyando el tejido mamario de la misma manera que normalmente lo hacen con el tejido intestinal».

El equipo analizó glándulas mamarias de ratones antes y después de la lactancia y descubrieron un aumento de tres tipos de linfocitos T (CD4+, CD8αα+ y CD8αβ+). Estos pertenecen a los linfocitos intraepiteliales, células inmunitarias residentes típicas de tejidos mucosos como intestinos y pulmones. Se observó que estas células recubrían el epitelio mamario y presentaban proteínas características del intestino, lo que sugiere su migración desde ahí. Estos cambios convierten a la glándula mamaria en un tejido de características mucosas, preparándola para la exposición externa durante la lactancia.

Pero ¿sucedía esto también en humanos? Una investigación en bases de datos de tejido mamario humano y muestras de leche reveló que sí: los equivalentes humanos de estos linfocitos intraepiteliales mostraban las mismas tendencias.

Para determinar si los microbios afectaban a estas células T de la glándula mamaria de la misma forma que en el intestino, las investigadoras compararon las glándulas mamarias de ratones que vivían en entornos normales y libres de gérmenes y descubrieron que los tres subtipos de células T se expresaban mucho más en los ratones expuestos a microbios. Este hallazgo sugiere que los microbios maternos modulan la cantidad de células T creadas durante la lactancia, lo que a su vez podría afectar la resistencia de la barrera inmunitaria de la glándula mamaria.

«Ahora sabemos mucho más sobre cómo cambia el sistema inmunitario materno durante este período crítico -afirma Ramanan-, y podemos usar esta información para comenzar a explorar los efectos directos de estas células inmunitarias en la salud materna e infantil».

Los investigadores plantean la hipótesis de que las hormonas influyen en estos numerosos cambios y que el objetivo general es proteger a la madre del mundo exterior y las infecciones asociadas. Pero entender cómo influyen en la lactogénesis, la calidad de la leche y la salud materna e infantil será el siguiente paso.

Comprender los cambios en las células inmunitarias maternas durante el embarazo y la lactancia puede influir en generaciones, ya que la transferencia inmunitaria y del microbioma de madre a hijo se repite una y otra vez . Estos conocimientos también podrían conducir a soluciones para las madres que no pueden amamantar, ya sea con terapias que favorezcan la producción natural de leche o con fórmulas más sofisticadas que proporcionen parte del mismo refuerzo inmunitario.

abc

abc

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow