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Psicología. ¿Deberían los padres dejar sistemáticamente que sus hijos ganen o enseñarles a perder?

Psicología. ¿Deberían los padres dejar sistemáticamente que sus hijos ganen o enseñarles a perder?

Ya sea que juegues Ya sea que jueguen al Trivial Pursuit o al Uno, o incluso una partida rápida de fútbol, su hijo tiende a enfurruñarse o incluso a hacer berrinches cuando pierde. Esto es completamente normal. Sin embargo, dejar que gane siempre no es la solución adecuada.

Aprender a perder, una experiencia de aprendizaje esencial

“Es importante aprender a perder, porque la derrota es parte de la vida”. Señala Katell Duclos-Le Saoût, psicoterapeuta. Los niños experimentan esto con frecuencia: delante de sus amigos, en una competición deportiva o incluso más tarde en la escuela o el trabajo. Permitirles vivir esta experiencia, en un entorno afectuoso, les proporciona las herramientas para afrontar mejor la realidad.

Al dejar que el niño gane sistemáticamente, corremos el riesgo de colocarlo en una posición de omnipotencia. Podría desarrollar una falsa imagen de sí mismo, creyéndose invencible.

Una cuestión de autoestima

Dicho esto, puede ser útil dejarle ganar en determinadas circunstancias. "Todo depende de la intención de los padres", explica Katell Duclos-Le Saoût.

Si decides dejar que tu hijo gane de vez en cuando, porque está pasando por un momento difícil o necesita un pequeño empujón emocional, puede ayudarle a recuperar la confianza en sí mismo. Pero es un gesto amable y único que satisface una necesidad específica. Y no debería convertirse en un hábito.

Algunos padres se niegan rotundamente a dejar que sus hijos ganen. Si este es tu caso, a veces puedes optar por un juego que, de forma natural, le ofrezca a tu hijo una verdadera oportunidad de ganar. Es el caso de juegos como Memory, donde la memoria puede dar ventaja a un niño pequeño, permitiéndole recuperar cierto equilibrio sin tener que hacer trampa.

Juegos colaborativos y ejemplo parental

También es posible ofrecer juegos colaborativos, donde se gana o se pierde juntos. Estos juegos fortalecen el vínculo entre padres e hijos y permiten desarrollar otras habilidades: cooperación, gestión de frustraciones y comunicación.

En todo caso, "Lo más importante es enfatizar la diversión del juego", nos recuerda la terapeuta. Ganar o perder pasa a segundo plano si se lo pasan bien juntos. También puedes destacar las cualidades del niño durante el juego: "Fuiste muy paciente", "Te concentraste bien", "Seguiste las reglas". Estas palabras de aliento refuerzan la autoestima sin asociarla únicamente con ganar.

Y sobre todo, como adulto, es fundamental dar ejemplo: sé un buen perdedor, no te burles de la gente, acepta la derrota con humor. Porque, en definitiva, jugar con tu hijo también significa enseñarle a vivir con los altibajos, a la vez que le inculcas los valores del respeto, el juego limpio y la perseverancia.

Le Progres

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