Longwy: Bariza Bengas-Chagaar marchará a Rafah para romper el bloqueo humanitario

La decisión no es nada impulsiva. Es una resolución lenta y dolorosa, marcada por los bombardeos en Gaza. A sus 57 años, Bariza Bengas-Chagaar ha decidido no permanecer más en silencio. El 13 de junio, esta educadora de Longwy volará a El Cairo y luego caminará hasta la frontera de Rafah con cientos de civiles de 37 países. Mediante la "Marcha a Gaza", una vasta movilización internacional prevista para el 15 de junio, espera forzar la apertura de un corredor humanitario. Sin armas, sin teléfonos y sin ninguna otra protección.
El proyecto, lanzado en mayo por un colectivo transnacional, está adquiriendo una escala sin precedentes. «En respuesta a la inacción del Estado, la ciudadanía se está alzando. No tengo miedo. Quiero romper el silencio», dice Bariza con voz entrecortada. Se marcha con una keffiyeh, algunas pertenencias y la aprobación, preocupada pero firme, de sus seres queridos. «Sé que quizá nunca regrese. Pero perdí a mis suegros en Gaza. Y ya no quiero mirar hacia otro lado».
Paralelamente a la marcha terrestre, una flotilla humanitaria partió del puerto de Nápoles el domingo pasado. A bordo viajaban doce voluntarios, entre ellos la activista Greta Thunberg y la eurodiputada Rima Hassan. Su objetivo: llegar a la Franja de Gaza por mar para entregar ayuda y romper simbólicamente el bloqueo . Ya se ha informado de drones no identificados en su ruta. «Todas las miradas están puestas en este barco. Esperamos que resista hasta el final. Conocemos los riesgos», comenta Bariza.
Ella misma no se hace ilusiones. Las autoridades egipcias ya han reprimido intentos similares. Pero mantiene su determinación: «Me voy por quienes ya no pueden huir. Por quienes esperan, hambrientos, a que alguien finalmente los mire». Su viaje es autofinanciado, y se está organizando una campaña de recaudación de fondos en su región antes de partir. Los fondos se utilizarán para comprar equipo médico y artículos esenciales, que se distribuirán si se abre el corredor.
A medida que se intensifica la operación militar israelí en Rafah, los civiles siguen atrapados. Más de 36.000 han muerto, según las autoridades sanitarias de Gaza. Una catástrofe humanitaria reconocida por la ONU. Bariza, por su parte, ha tomado su decisión: caminar, sin la certeza de ser escuchada. «Porque ya no puede apartar la mirada», concluye la madre.
Le Républicain Lorrain