El flagelo de la comida chatarra y la obesidad infantil azota a México

Son las 8 de la mañana en la escuela primaria de Cuajimalpa, un pueblo suburbano al sur de la capital, Ciudad de México, y una brigada de salud se posiciona bajo el toldo del patio, armada con básculas y cintas métricas. En abril, los estudiantes hacen fila para que el personal de la Secretaría de Salud los pese y mida, antes de examinarles también los dientes y la vista. "Sí, hay muchas caries", reconoce de inmediato una de las enfermeras, garabateando con tinta negra los dientes cariados en la tarjeta de cada niño. La culpable es el azúcar, que todavía está demasiado presente en la dieta de los jóvenes mexicanos.
Según la Secretaría de Salud, en 2024, el 41.2% de los niños de entre 5 y 13 años tendrá sobrepeso; una cifra casi idéntica (40%) para los estudiantes de entre 13 y 19 años, o casi uno de cada tres jóvenes mexicanos. La principal causa de esta anomalía es el consumo de refrescos, con un promedio de 163 litros por persona al año, según la Organización Mundial de la Salud: el 82.6% de los niños menores de 5 años los consumen regularmente, el 93% de los de entre 5 y 11 años, y el 90.3% de los de entre 12 y 19 años.
Te queda el 86,69% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.
lemonde