Alerta naranja por ola de calor: "Estamos muy atentos", movilización general para proteger a los más vulnerables en la Costa Azul.

Un período de intenso calor durante tres días y tres noches seguidos, "que probablemente constituya un riesgo para la salud de toda la población expuesta."
Por primera vez esta temporada, se ha activado el nivel de alerta naranja. Se espera una ola de calor en la región durante los próximos días, según las previsiones de Météo France. Las autoridades sanitarias están en alerta. Su principal objetivo: proteger a los más vulnerables.
Aunque afortunadamente lejos de las alarmantes cifras de 2003, casi 500 personas perdieron la vida el verano pasado en la región sur, tres cuartas partes de ellas mayores de 75 años, víctimas de descompensación por enfermedades crónicas agravadas por el calor. Ese mismo verano se registraron 2.000 visitas a urgencias relacionadas con la ola de calor.
En vísperas de esta nueva ola de calor, con temperaturas que rondarán los 40°C durante el día y noches muy calurosas, la ARS (Agencia Sanitaria Regional) Paca intensifica sus alertas y mensajes de concienciación sobre los peligros a los que están expuestos especialmente los ancianos.
Olivier Rey, jefe del departamento de salud pública de ARS Paca, proporciona una actualización sobre la situación.
¿Alguna vez has notado un aumento en las visitas a salas de emergencia o en las llamadas al 15% relacionadas con el calor?
No observamos un aumento significativo en este momento, pero estamos muy atentos. Gracias a nuestro sistema de monitoreo, recibimos informes casi a diario de los hospitales: actividad en urgencias, llamadas de regulación, disponibilidad de camas, etc. Todos los centros han sido notificados y pueden ajustar su dotación de personal si es necesario.
¿El plan nacional contra el calor prevé refuerzos específicos en hospitales o residencias de ancianos?
Cada centro cuenta con su propio plan de adaptación ante una posible afluencia de pacientes. Los centros sociales y médicos, en particular las residencias de ancianos, también están bien organizados y cuentan con procedimientos bien establecidos. La alerta actual permite movilizar a los profesionales, ajustar la dotación de personal e implementar una vigilancia reforzada.
¿Qué pasa con las personas mayores que viven en casa, que a menudo están aisladas? ¿Cómo se les cuida?
Esta es una verdadera prioridad. Se movilizan servicios de atención domiciliaria: enfermeras independientes, hospitalización domiciliaria, etc. Se les instruye a que vigilen de cerca el estado de hidratación, mantengan contacto regular y alerten si es necesario. Los municipios también pueden activar su registro de personas vulnerables para organizar un seguimiento activo a través de sus servicios sociales.
¿Todos los municipios tienen estos registros?
Sí, es un requisito reglamentario. Cada comunidad puede organizarse de forma diferente, pero el principio es identificar a las personas en riesgo que están aisladas y sin familiares ni cuidadores, para asegurar su seguimiento durante los períodos críticos.
¿Los profesionales sanitarios de la ciudad ya han recibido instrucciones específicas?
Por supuesto. En cuanto se elevó la alerta a amarilla, se les dio una alerta inicial. Con la alerta naranja, reforzamos los mensajes. Todos los profesionales están ahora movilizados: hospitales, profesionales sanitarios independientes, organismos reguladores médicos, centros médico-sociales, etc.
Existe preocupación por la disponibilidad de atención médica este fin de semana. ¿Podrán los hospitales afrontar la situación?
Sí, pero es fundamental que la población adopte las medidas adecuadas. El mensaje clave: no acudan a urgencias. Llamen al 15. Esto permite la detección, la priorización y evita las aglomeraciones. El regulador deriva a los pacientes a un médico de cabecera, a un centro médico o al hospital si es necesario.
¿Crees que una tragedia como la de 2003 podría volver a ocurrir hoy en día?
Nunca podemos descartar un riesgo. Pero desde 2003, la situación ha cambiado profundamente. Se capacita a los profesionales, se involucra a las comunidades y se comprenden mejor los mensajes de prevención. Sin embargo, el número de poblaciones en riesgo está aumentando, especialmente en las regiones de los Alpes Marítimos y el Var, con una alta proporción de personas mayores aisladas. Esto nos exige mantener una vigilancia extrema.
Hidrátate regularmente, incluso cuando no tengas sed.
Evite el esfuerzo físico durante las horas más calurosas.
Manténgase fresco, ventile o use aire acondicionado si es posible.
Cierre las persianas durante el día y ventile durante la noche.
Presta atención a las personas vulnerables que te rodean.
Y sobre todo, ante los primeros signos de deshidratación (mareos, calambres, cansancio inusual), llamar al 15.
La tragedia de la ola de calor de agosto dejó huella en la memoria de todos: 15.000 muertos en Francia, en su mayoría personas mayores. Un exceso de mortalidad masivo, sobre todo en el sureste. Servicios de emergencia desbordados, morgues saturadas, falta de coordinación... Rápidamente se identificaron muchas deficiencias: falta de anticipación, un sistema de vigilancia sanitaria inadecuado, el aislamiento de las personas vulnerables y una comunicación pública insuficiente.
"¡Nunca más!", exigirán los franceses. La ola de calor de 2003 marcará, por tanto, un punto de inflexión sanitario. En 2004 se creará un Plan Nacional contra la Ola de Calor (PNC), que incluirá los cuatro niveles de alerta (verde, amarillo, naranja y rojo), el censo de personas vulnerables en los ayuntamientos, la coordinación de las ARS, las prefecturas, los ayuntamientos y los hospitales, y la activación del expediente del "Plan Azul" para las residencias de ancianos. También se reforzará la vigilancia sanitaria, en particular con la implementación del Sistema de Vigilancia Sanitaria de Emergencia (SurSaUD) y el seguimiento en tiempo real de las visitas a urgencias, las muertes y las enfermedades relacionadas con el calor.
Si la tragedia de 2003 supuso un shock sanitario y nos permitió mejorar considerablemente nuestra preparación ante las olas de calor, ¿acaso el cambio climático nos exige hoy ir aún más lejos?
Nice Matin