Un método duplica los corazones viables para el trasplante
Un descubrimiento de investigadores de Mayo Clinic y la Universidad de Michigan podría revolucionar el proceso de conservación de corazones para trasplantes, aumentando significativamente la disponibilidad de órganos viables y ofreciendo una nueva esperanza a miles de pacientes en lista de espera.
En un estudio publicado en 'Nature Cardiovascular Research', el equipo liderado por Paul Tang, cirujano cardíaco de Mayo Clinic, identificó un proceso molecular que contribuye al deterioro de los corazones de donantes durante su almacenamiento en frío, una técnica esencial para su transporte. Este daño, que reduce la eficacia del órgano trasplantado, podría prevenirse con un fármaco ya existente: la canrenona.
Actualmente, menos de la mitad de los corazones donados se utilizan en trasplantes debido a que la ventana de tiempo segura para su uso es muy limitada. El almacenamiento en frío, aunque útil para reducir el metabolismo del tejido, puede inducir cambios celulares que afectan la capacidad del corazón para bombear sangre eficientemente después del trasplante. Uno de los principales problemas resultantes es la disfunción primaria del injerto, presente hasta en el 20 % de los casos, que puede comprometer gravemente la supervivencia del paciente.
Los investigadores se enfocaron en el receptor de mineralocorticoides (MR), una proteína que responde al estrés celular. Durante el almacenamiento en frío, estos receptores se agrupan dentro del núcleo celular en un proceso conocido como separación de fases líquido-líquido, desencadenando inflamación y muerte celular. Este fenómeno daña la capacidad de bombeo del corazón, reduciendo su viabilidad para el trasplante.
Para contrarrestar este efecto, el equipo trató corazones donados con canrenona, un fármaco utilizado para la hipertensión y la insuficiencia cardíaca crónica. El resultado fue notable: los corazones tratados triplicaron su capacidad de bombeo, mejoraron el flujo sanguíneo y mostraron menos daño celular en comparación con los no tratados, incluso después de superar el límite tradicional de conservación.
«Como cirujano cardiovascular, he visto cómo cada hora adicional de preservación puede afectar la recuperación funcional del corazón trasplantado. Este hallazgo podría cambiar radicalmente ese panorama», afirma Tang.
Además del corazón, los investigadores observaron un patrón molecular similar en otros órganos como el hígado, los pulmones y los riñones, lo que sugiere que esta estrategia podría aplicarse para mejorar la preservación de múltiples órganos sólidos.
«Estamos ante un avance que no solo mejora el pronóstico de los pacientes, sino que también podría ampliar la distancia y el tiempo de transporte de los órganos, facilitando su acceso en regiones más remotas», explica eEugene Chen, coautor del estudio.
Con estos resultados, el equipo espera acelerar el desarrollo de nuevas biotecnologías que permitan determinar en tiempo real el estado y la viabilidad de los órganos durante su conservación, marcando un antes y un después en el campo de la medicina de trasplantes.
abc