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Pie de atleta: ¿por qué tienes más riesgo de sufrirlo en verano?

Pie de atleta: ¿por qué tienes más riesgo de sufrirlo en verano?

Algunos estudios apuntan a que la prevalencia del pié de atleta puede rondar el 70%. Es, de hecho, una de las infecciones más habituales. Y es que, aunque su nombre pueda confundir a quien esté leyendo este texto, se trata de una infección causada por hongos (fúngica) que afecta a la piel.

También conocida como tiña pedís, destaca por ser muy contagiosa. Suele comenzar entre los dedos de los pies, pero puede extenderse al resto del pié y saltar al otro pie. En algunos casos, incluso “puede propagarse a otras partes del cuerpo cálidas y húmedas. De hecho, se le puede relacionar con la ‘tina inguinal’, ya que el hongo puede trasladarse a través de las manos o de las toallas”, tal y como afirma Airam Jenny Dávalos Marín, médica y coordinadora del Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Se trata, en cualquier caso, de “lugares que suelen guardar humedad ya sea por falta de secado tras la ducha o por exceso de sudor en los pies. También es frecuente en personas a las que les transpiran mucho los pies, sobre todo si usan zapatos ajustados o de plástico, que dificultan la traspiración”, advierte.

De hecho, esta afección debe su nombre ‘pie de atleta’ a que es más habitual entre deportistas, precisamente porque suelen usar zapato cerrado y calcetines humedecidos por el sudor. Curiosamente, un estudio de 2014 refería que era aún más habitual entre jugadores de fútbol que de baloncesto.

Hongos amigos del calor y la humedad

Se considera que la aparición de esta fungosidad es más frecuente en verano, aunque no está comprobado científicamente. “Lo que sí es cierto es que las condiciones de calor y humedad comunes en esta estación, pueden favorecer la proliferación de hongos y, por lo tanto, la aparición de infecciones fúngicas como esta”, comenta Dávalos Marín.

Foto: (istock)

Por otro lado, hay que tener en cuenta que el contagio se realiza por transmisión directa de persona a persona, pero también a través de superficies húmedas, como piscinas. Y durante los meses de calor, es más habitual tener los pies descalzos en superficies mojadas y cerca de otros pies descalzos.

Síntomas y asintomáticos

Entre los síntomas más habituales, destaca el prurito o picor, “sobre todo justo después de quitarse los zapatos y los calcetines”, dice la médica de familia. A esos hay que añadir la piel seca, agrietada y escamada, además de inflamada; así como la aparición de lesiones eritematosas tipo sarpullido escamoso.

El contagio se realiza por transmisión directa de persona a persona y a través de superficies húmedas

Lo malo es que no siempre aparecen estos síntomas: una de las curiosidades (y complicaciones) del pié de atleta es que hasta el 20% de quienes son portadores son asintomáticos, por lo que resulta aún más contagioso. Es más frecuente entre hombres que entre mujeres y puede aparecer tanto en niños como en adultos.

Precauciones básicas

Es importante, sobre todo en verano, “dejar que los pies se aireen y usar sandalias; además de lavarlos y secarlos teniendo especial cuidado en la parte interna de los dedos, es decir, el espacio interdigital y cambiarse los calcetines al menos una vez al día o más a quien le suden mucho los pies”, afirma Dávalos Marín.

También recomienda utilizar calcetines de algodón, que ayudan a mantener los pies más secos que los de nailon; alternar los pares de zapatos y emplear zapatos impermeables o sandalias en lugares públicos como balnearios, duchas o gimnasios. En caso de sospecha, es importante acudir al médico que pondrá un tratamiento farmacológico al paciente.

El Confidencial

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