Las técnicas para manejar su mentalidad: un factor determinante para alcanzar las metas

¿Ha sentido alguna vez que ciertos desafíos de la vida se vuelven insuperables? Desde las dificultades cotidianas en el trabajo hasta las complicaciones en las relaciones personales, todos enfrentamos obstáculos. Son parte inherente de nuestra experiencia como seres humanos. No obstante, la clave está en cómo respondemos a ellos.
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Es común sentir que nos desorientamos, confundimos o estancamos cuando las dificultades aparecen. Sin embargo, reconocer que los obstáculos son naturales y parte del proceso permite desdramatizarlos.
Reconocer que los obstáculos son naturales y parte del proceso permite desdramatizarlos.
En lugar de verlos como muros insalvables, podemos considerarlos como oportunidades de aprendizaje. Pero transformar obstáculos en oportunidades requiere un cambio de perspectiva: en lugar de centrarse en lo que no se puede hacer, es útil enfocarse en lo que sí se puede hacer, en lo que sí se puede controlar, en lo que sí depende de uno. Por ejemplo: ¿un problema de salud lo obliga a permanecer en cama? Puede aprovechar el tiempo disponible para capacitarse o explorar nuevas áreas de interés. Esta actitud proactiva le abrirá puertas que antes no estaban en su mapa de posibilidades.
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Un primer paso crucial es identificar los recursos disponibles. Siempre se cuenta con herramientas, conocimientos y redes de apoyo que pueden ayudar. Por ejemplo, si enfrenta una crisis financiera, en lugar de ver solo la falta de dinero, puede investigar sobre educación financiera, buscar asesoría gratuita o acceder a programas de ayuda. Esta búsqueda activará soluciones y fomentará la creatividad y una actitud positiva.
También es esencial mantener una actitud flexible. La rigidez en la forma de pensar puede limitar las opciones. Si una estrategia no funciona, no hay que quedarse atrapado en la frustración, sino buscar nuevas alternativas. Así, en lugar de rendirse, se puede aprovechar cada situación para innovar y encontrar caminos que no se habían considerado previamente.

Es importante mantener una actitud flexible y dispuesta a aprender. Foto:iStock
La mentalidad es un factor determinante en nuestra capacidad para enfrentar desafíos. Carol Dweck, profesora de Psicología en la Universidad de Stanford y una de las principales investigadoras internacionales en educación, aporta los conceptos de ‘Mentalidad Fija’ (las personas que creen que la inteligencia es innata e inmutable) y ‘Mentalidad de Crecimiento’ (quienes creen que sus habilidades pueden mejorar gracias al esfuerzo).
Una Mentalidad de Crecimiento, que aboga por la idea de que nuestras habilidades pueden desarrollarse a través del esfuerzo y la perseverancia, es esencial para superar obstáculos. Por el contrario, una Mentalidad Fija puede llevarnos a pensar que nuestras capacidades, por ser innatas, son limitadas y así será nuestro comportamiento. Si este es su caso, probablemente tienda a evitar los desafíos, tema al fracaso y se sienta amenazado por el éxito de los demás.
Una persona que, tras recibir críticas constructivas en el trabajo, se siente desalentada y piensa que no tiene el talento necesario para mejorar, es un ejemplo de Mentalidad Fija. Por el contrario, alguien con una Mentalidad de Crecimiento vería esas críticas como una oportunidad para aprender. Podría pedir más retroalimentación, practicar nuevas habilidades y abordar los desafíos con una actitud positiva.
Cultivar una Mentalidad de Crecimiento implica ver cada dificultad como una oportunidad de aprendizaje. En lugar de criticarse por un error, es bueno preguntarse: “¿Qué puedo aprender de esto?” Rodearse de personas que fomenten este tipo de mentalidad puede ser transformador, pues se aprende de ellos y se crea un ambiente de crecimiento.
Cultivar una Mentalidad de Crecimiento implica ver cada dificultad como una oportunidad de aprendizaje. En lugar de criticarse por un error, es bueno preguntarse: “¿Qué puedo aprender de esto?
Es importante recordar que el proceso de superación no es lineal; habrá tropiezos y retrocesos, pero cada paso cuenta. La resiliencia y la disposición a aprender de los errores son elementos claves para avanzar. Así, los obstáculos se convierten en lecciones que enriquecen nuestro camino hacia el éxito.
La motivación también puede fluctuar, especialmente ante desafíos que parecen insuperables. Sin embargo, hay estrategias que pueden ayudar a mantenerse enfocado. Una de ellas es establecer metas a corto plazo que sean alcanzables y, luego de cumplirlas, celebrarlas. Cuando logramos un pequeño objetivo, nuestro cerebro libera dopamina, lo que nos proporciona una sensación de satisfacción y nos motiva a seguir avanzando.
Además, visualizar el éxito puede ser una poderosa fuente de motivación. Imaginar cómo se sentirá una vez que haya alcanzado su meta, le recordará constantemente por qué comenzó y cuál es el resultado que desea alcanzar. Esta práctica ayuda a mantener la energía y el compromiso, incluso cuando los desafíos parezcan abrumadores.
Estrategias para fomentar una mentalidad de crecimiento:1. Afrontar los desafíos como oportunidades de cambio: asumir los problemas como posibilidades de aprendizaje, en lugar de obstáculos.
2. Transformar pensamientos negativos en acciones constructivas: enfocarse en las soluciones prácticas, en lugar de en las dificultades, fomenta una actitud resiliente.
3. Ver las críticas como oportunidades para aprender y recibir retroalimentación.
4. Persistir con flexibilidad: la persistencia no implica aferrarse a un camino, sino explorar nuevas maneras de alcanzar los objetivos.
5. Establecer metas: definir objetivos pequeños fomenta la motivación, ayuda a medir los avances e impulsa una perspectiva positiva.
6. Visualizar el éxito: imaginar el logro de las metas ayuda a superar barreras mentales, nos empuja con fuerza.
7. Celebrar los logros: valorar cada paso, por pequeño que sea, refuerza la motivación y permite disfrutar del camino y no solo el destino.
8. Rodearse de personas inspiradoras: es importante encontrar personas que nos inspiren y motiven, en lugar de sentirse amenazado por el éxito de los demás.
9. Cuidar y cultivar la mente: practicar la autocompasión, el amor propio y la atención plena ayuda a centrarse en el presente. El aprendizaje constante es una práctica clave.
10. Tomar la decisión de crecer: desarrollar una mentalidad de crecimiento requiere un compromiso consciente y práctica diaria. Es enfocarse en las soluciones y aceptar los problemas como parte natural de la vida.
Samuel Stamateas – El País (Uruguay)
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