Irene Fuertes, dermatóloga: “Toda relación sexual implica riesgo de ITS, no solo la penetración”

Cuando se habla de infecciones de transmisión sexual (ITS), la atención suele ponerse en la penetración vaginal o anal. Sin embargo, reducir la prevención solo a estas prácticas deja fuera contagios que pueden producirse desde los primeros momentos del contacto íntimo. Caricias, sexo oral o incluso el contacto de piel con piel pueden ser suficientes para transmitir algunas ITS.
Ampliar el concepto de sexo seguro es fundamental para proteger la salud sexual. “Hay que considerar como práctica de riesgo toda la relación sexual, no solo la penetración”, advierte la doctora Irene Fuertes, dermatóloga del Hospital Clínic Barcelona. Y aclara que, cuando menciona penetración, no se refiere solo a la vaginal, sino también a la oral y anal.
El sexo oral suele ser subestimado respecto a su potencial de contagio. “Muchas veces se considera que no existe riesgo de transmisión, y sí que lo tiene”, explica el doctor José Luis Blanco, médico internista del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic Barcelona. De hecho, el VIH también puede transmitirse por esta vía, aunque el riesgo disminuye significativamente si la persona infectada mantiene una carga viral indetectable.
Algunas infecciones se transmiten fácilmente sin necesidad de penetrar, como el virus del papiloma humano (VPH), el herpes genital o la sífilis. “Son todas muy prevalentes, ocupan muchas consultas y no necesitan penetración para ser transmitidas”, advierte la doctora Fuertes. Subraya, además, que se pueden transmitir pese a que no haya eyaculación.
El herpes genital y oral es una de las ITS que se transmiten con mayor facilidad a través del contacto directo, incluso sin penetración. Sin embargo, su diagnóstico suele ser complicado y, por ello, su verdadera incidencia podría ser mucho mayor de la registrada. Los datos más recientes estiman alrededor de 46,3 casos por cada 100.000 habitantes, aunque esta cifra podría ser solo la punta del iceberg.
El VPH es, por su parte, una de las ITS más frecuentes a nivel mundial, con aproximadamente 102,3 casos por cada 100.000 habitantes. Muchas de estas infecciones pasan desapercibidas porque se resuelven espontáneamente en pocos meses. Sin embargo, el VPH tiene especial relevancia sanitaria debido a que algunos de sus tipos están asociados a cánceres como el de cuello uterino, vulva, vagina, pene y ano.
También se puede contagiar la sífilis, con una prevalencia seis veces mayor en hombres que en mujeres. La mayoría de los casos se diagnostican en personas mayores de 25 años, especialmente en hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres. En España, en 2019, se notificaron 5.822 casos, lo que equivale a 13,29 casos por cada 100.000 habitantes. De no detectarse a tiempo, puede volverse latente y afectar tejidos nerviosos o vasculares.
¿Cómo prevenir la transmisión de ITS?
Frente a estas amenazas, la prevención continúa siendo la herramienta más efectiva. El uso constante y correcto de métodos de barrera, como el preservativo masculino, sigue siendo fundamental para reducir el riesgo de contagio. En caso de utilizar lubricantes, se recomienda evitar aquellos de base grasa —como mantequilla, aceites, cremas cosméticas o vaselina— ya que pueden debilitar el látex y aumentar la probabilidad de rotura del preservativo. El preservativo femenino, fabricado en poliuretano o nitrilo, también es una alternativa eficaz siempre que se use de manera sistemática. Para las relaciones sexuales orales, se pueden utilizar barreras bucales de látex, que contribuyen a disminuir el riesgo de infección.
Los profesionales de la salud también recomiendan limitar el número de parejas sexuales y evitar relaciones con personas desconocidas o bajo los efectos de algunas drogas que puedan disminuir la capacidad de tomar decisiones seguras. También es fundamental evitar compartir juguetes sexuales sin esterilizarlos o cubrirlos con un preservativo nuevo en cada uso. Por último, recomiendan tener cuidado con los objetos punzantes o cortantes —jeringas, cuchillas de afeitar, instrumentos para tatuajes o piercings—, y siempre desecharlos o esterilizarlos.
Las revisiones médicas periódicas, especialmente para quienes tienen prácticas sexuales de mayor riesgo, son clave para detectar a tiempo cualquier infección y recibir el tratamiento adecuado. Además, durante estas consultas se puede evaluar la conveniencia de vacunarse, aunque actualmente hay vacunas disponibles solo para algunas infecciones de transmisión sexual.
Prevención ¿Qué vacunas existen?Existen vacunas para prevenir tres infecciones de transmisión sexual:
- Hepatitis B: Forma parte del calendario oficial en España desde 1993 para adolescentes y desde 2005 para recién nacidos. Quienes no fueron vacunados o proceden de otros países sin esta inmunización deben consultar a su médico para evaluar su situación y vacunarse si es necesario.
- Hepatitis A: La vacunación está recomendada para personas con prácticas sexuales de riesgo, especialmente hombres que tienen sexo con hombres.
- Virus del papiloma humano (VPH): Desde 2007, la vacuna forma parte del calendario nacional para niñas entre 9 y 14 años, con un esquema de dos dosis. Desde 2022, la vacunación se ha extendido de forma sistemática a niños y niñas para proteger a toda la población, y está financiada para ambos grupos. También está recomendada y financiada para mujeres y hombres menores de 26 años, así como para personas con VIH o grupos de riesgo específicos.
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