Descubren que nuestro cerebro tiene una 'memoria de las comidas' que controla el hambre: así funciona
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Los científicos llevaban mucho tiempo sospechando que la memoria influye en nuestros antojos, pero el circuito cerebral responsable de esta conducta era todo un enigma. Y puede que podamos decir que hasta ahora. Un equipo de investigadores de la Universidad de California en Dornsife afirma haber descifrado este misterio identificando las neuronas que guardan una 'memoria de la comida', registrando cada detalle de estas comidas: qué tipo de alimento ingerimos y cuándo lo comimos.
Así lo sugieren los experimentos llevados a cabo con ratas y ratones, que el cerebro usa estos recuerdos de las comidas para ayudar a controlar el hambre y la conducta alimentaria, y activa una sensación de saciedad tras oler la comida. Sería toda una revolución para los tratamientos para la obesidad y el control de peso.
Se trataría de neuronas del hipocampo ventral (en la parte anterior del cerebro) y que se activan durante las comidas, formando engramas de las mismas, rastros de memoria especializados que almacenan información sobre la experiencia de consumir alimentos. Se sabe desde hace tiempo que los engramas almacenan diferentes tipos de recuerdos. Este estudio es el primero en identificar engramas vinculados específicamente a la alimentación.
"Un engrama (o inscripción) es la huella física que un recuerdo deja en el cerebro", afirmó Scott Kanoski, profesor de ciencias biológicas en la Facultad de Letras, Artes y Ciencias Dornsife de la USC y autor correspondiente del estudio que ha publicado la revista Nature. "Los engramas de comidas funcionan como sofisticadas bases de datos biológicas que almacenan diversos tipos de información, como dónde y a qué hora comió".
Por qué es importanteCuando la memoria flaquea -como sucede en la demencia o tras lesiones cerebrales-, nuestro cerebro puede olvidar una comida reciente y confundir las señales de hambre, llevándonos a comer varias veces en un lapso corto de tiempo. Por otro lado, comer con distracciones -ya sea pegados al televisor o al móvil- dificulta que el cerebro registre correctamente lo ingerido al estar tan despistado, lo que también puede dar paso a trastornos alimentarios derivados de una alimentación un tanto descuidada. Esto se debe a que el cerebro no cataloga correctamente la experiencia de comer cuando la atención se desvía, lo que plantea una seria preocupación para todos aquellos que comen con el móvil, la tableta o el televisor delante. Puede que a tu cerebro le cueste recordar no solo cuánto ha comido, sino incluso que haya comido, lo que puede contribuir al consumo excesivo.
Y los datos humanos respaldan esta idea. Recordar un almuerzo reciente puede reducir la ingesta de snacks o tentempiés por la tarde hasta en un 30 %. Nuestros recuerdos de las ingestas no solo registran qué comimos, sino que también marcan el reloj interno que dicta el momento de volver a comer.
La memoria es importante para controlar el apetitoEn experimentos con roedores, cuando esa memoria se debilitaba, las raciones se sucedían con intervalos más cortos, mientras que los engramas reforzados alargaban la espera hasta la próxima comida. Estos hallazgos indican que el cerebro usa la memoria para cronometrar el hambre, y no meramente para sentirnos saciados. En humanos, esto podría explicar por qué, al comer distraídos, tenemos la sensación de volver a tener hambre casi de inmediato. Si el cerebro no ha registrado adecuadamente la señal de que ha comido, el hambre puede volver con mayor rapidez.
"Por fin estamos empezando a comprender que recordar qué y cuándo se comió es tan crucial para una alimentación saludable como las propias elecciones de alimentos", añaden los autores.
Los científicos llevaban mucho tiempo sospechando que la memoria influye en nuestros antojos, pero el circuito cerebral responsable de esta conducta era todo un enigma. Y puede que podamos decir que hasta ahora. Un equipo de investigadores de la Universidad de California en Dornsife afirma haber descifrado este misterio identificando las neuronas que guardan una 'memoria de la comida', registrando cada detalle de estas comidas: qué tipo de alimento ingerimos y cuándo lo comimos.
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