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Claves para cuidar a un bebé prematuro, en el hospital y en casa

Claves para cuidar a un bebé prematuro, en el hospital y en casa

Cada año nacen en el mundo 15 millones de bebés prematuros, una cifra que no deja de crecer. Sin embargo, no todos enfrentan los mismos riesgos: mientras algunos se desarrollan sin secuelas, otros pueden sufrir complicaciones graves o incluso fallecer. La evolución depende, en gran medida, del grado de prematuridad. “Los niños que nacen entre la semana 23 y la 32 son los más vulnerables, los que tienen más riesgo de complicaciones, más asistencia sanitaria y más posibilidad de secuelas”, explica la doctora Ana Herranz, neonatóloga del Hospital Clínic Barcelona.

Entre las principales complicaciones que pueden presentar los recién nacidos se encuentran alteraciones en el control de la glucosa, anemia, ascenso de la bilirrubina, infecciones, insuficiencia respiratoria, daño cerebral, apneas e inflamación intestinal grave. Si el cuidado de cualquier recién nacido es esencial, en los bebés prematuros resulta aún más determinante. Por eso, existen protocolos específicos tanto durante la hospitalización como en la vuelta a casa. “La familia tiene un rol fundamental en los cuidados y en el desarrollo del bebé prematuro”, subraya Herranz.

La familia tiene un rol fundamental en los cuidados y en el desarrollo del bebé prematuro Doctora Ana HerranzNeonatóloga del Hospital Clínic Barcelona

Cuidados en el hospital

Los primeros cuidados del bebé prematuro empiezan en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), donde se aplican los denominados Cuidados Centrados en el Desarrollo. Estas medidas buscan reducir al máximo los agentes estresantes del entorno –como la luz, el ruido o las manipulaciones frecuentes– y promover la participación de los padres en sus cuidados.

Los bebés prematuros tienen una capacidad muy limitada de adaptación al entorno extrauterino, lo que los hace especialmente vulnerables y sensibles a estímulos como la luz, el ruido, las manipulaciones, el dolor o los cambios posturales. Por eso, en las UCIN se implementan medidas específicas para minimizar el impacto de estos factores. En cuanto al sonido, se procura reducir al máximo cualquier fuente de ruido. Para ello, se emplean cobertores en las incubadoras que ayudan a amortiguar el sonido. En lo que respecta a la luz, se prioriza el uso de iluminación natural e indirecta, además de utilizar cobertores y, cuando es necesario, protección ocular específica. También se limitan las manipulaciones: se agrupan las exploraciones y cuidados para respetar los ciclos de sueño y vigilia del bebé y reducir su estrés.

Además, se procura colocar al bebé en posturas que simulen la posición fetal para favorecer su estabilidad global. Para ello, se utilizan sistemas de contención, como los llamados “nidos”, que simulan el útero materno. Estas técnicas posturales contribuyen a aumentar la sensación de seguridad y tranquilidad del recién nacido, al tiempo que mejoran su condición física y mental. También favorecen el desarrollo neuromotor y ayudan a prevenir deformidades y lesiones.

Cuidados en casa

Los cuidados del bebé prematuro no terminan en el hospital. Diversos estudios han demostrado que el alta precoz, siempre con apoyo de la asistencia domiciliaria, disminuye el riesgo de infecciones, mejora el vínculo afectivo, favorece la lactancia materna, mejora la ganancia de peso, aumenta la confianza de los padres, ayudando también a normalizar la vida familiar. A pesar de ello, es importante tener en cuenta que una vez en casa, los bebés prematuros requieren atenciones específicas y un seguimiento médico riguroso, especialmente, durante los dos primeros años de vida.

Entre las medidas básicas, se recomienda lavarse bien las manos antes de manipular al bebé y mantener una buena higiene tanto de la ropa como de su habitación, aunque sin necesidad de utilizar antisépticos de forma sistemática. La temperatura ambiental debe mantenerse entre los 21 ºC y los 24 ºC, y la corporal entre los 36,5 ºC y los 37 ºC. La leche materna continúa siendo el mejor alimento, ya que refuerza su sistema inmunitario. En general, estos bebés necesitan comer con mayor frecuencia e ingerir más calorías para alcanzar un desarrollo adecuado.

En los últimos años, ha habido un gran avance del conocimiento científico y el desarrollo tecnológico especialmente diseñado para estos recién nacidos Doctora Ana HerranzNeonatóloga del Hospital Clínic Barcelona

Los bebés prematuros también tienden a dormir más, en muchos casos más de 18 horas al día. Es fundamental colocarlos boca arriba en la cuna. En cuanto a las visitas, se aconseja limitarlas, al menos durante las primeras semanas y, aunque se puede salir a pasear a la calle, se recomienda evitar aglomeraciones. A pesar de estas precauciones, es positivo que el bebé reciba estímulos para facilitar su neurodesarrollo.

La atención a la prematuridad requiere el desarrollo de estrategias de prevención y tratamientos cada vez más innovadores y adaptados a las necesidades específicas de los recién nacidos. En esta línea, se está impulsado una línea de investigación clínica de innovación que trabaja en el desarrollo de nuevos abordajes terapéuticos y en el primer proyecto de placenta artificial en Europa. “En los últimos años, ha habido un gran avance del conocimiento científico y el desarrollo tecnológico especialmente diseñado para estos recién nacidos”, afirma la doctora Herranz.

Aun así, la medida más efectiva a largo plazo sigue siendo el acompañamiento activo de los padres y del equipo sanitario a través de los cuidados centrados en el desarrollo.

lavanguardia

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