China asegura haber creado un enjambre de micro-robots que te limpian los senos nasales

Enjambres de micro-robots diseñados para combatir infecciones persistentes en los senos nasales han sido probados con éxito por un equipo de investigadores en China. Esta innovadora tecnología permite eliminar bacterias sin utilizar antibióticos ni recurrir a métodos invasivos, lo que representa un avance relevante en el tratamiento de sinusitis crónicas.

El dispositivo ha sido desarrollado por las universidades de Guangxi, Shenzhen, Jiangsu y Yangzhou, con la colaboración de otros centros de Hong Kong y Macao. En concreto, consiste en partículas microscópicas, más pequeñas que un grano de polvo, que se introducen a través de un conducto nasal. Una vez dentro de la cavidad sinusal, los micro-robots son guiados mediante campos magnéticos hasta el área afectada, donde actúan directamente sobre el foco infeccioso.

Gracias a una fibra óptica que acompaña el procedimiento, los robots reciben luz que activa sus propiedades térmicas y catalíticas. Esto permite descomponer secreciones densas, atravesar la barrera de pus y liberar especies reactivas de oxígeno capaces de eliminar bacterias sin dañar el tejido sano.

El estudio, publicado en la revista Science Robotics, demuestra que el uso de esta tecnología en animales ha sido eficaz. Las pruebas realizadas en senos de cerdo y conejos vivos lograron eliminar la infección sin generar lesiones visibles. Según los autores, se trata de una plataforma terapéutica que ofrece una alternativa libre de fármacos y con bajo riesgo de resistencia bacteriana.

Terapia localizada sin antibióticos

Esta estrategia médica también se perfila como una solución prometedora para tratar otras infecciones localizadas, como las que afectan al tracto urinario, el sistema digestivo o las vías respiratorias. Además, su aplicación en quirófano podría permitir monitorizar en tiempo real la evolución del tratamiento mediante el uso de rayos X.

El principal beneficio, según los expertos, reside en la precisión del tratamiento. A diferencia de los medicamentos sistémicos, que afectan a todo el organismo, esta tecnología permite actuar únicamente sobre la zona infectada, minimizando efectos secundarios. El profesor Sylvain Martel, de la Polytechnique de Montréal, lo describe como “un cohete que puedes dirigir con un campo magnético”.

No obstante, existen desafíos pendientes de resolver. Uno de los principales es asegurar que ningún micro-robot quede dentro del cuerpo tras el procedimiento, ya que esto podría causar efectos a largo plazo. También será necesario adaptar los procesos de producción y obtener la aprobación de organismos reguladores antes de que esta tecnología pueda aplicarse en humanos.

El doctor Andrea Soltoggio, de la Universidad de Loughborough, apunta en The Guardian que podría surgir cierto recelo social ante la idea de introducir dispositivos robóticos en el cuerpo humano. “El público puede mostrarse reticente al principio, pero entender que estos sistemas son menos invasivos que muchos tratamientos actuales facilitará su aceptación”, afirmó el especialista.