Catalunya crea el primer banco público de microbiota fecal para tratar infecciones intestinales graves

Donar las heces, como donar sangre, puede salvar vidas, pero no es tan fácil como parece. El Departament de Salut ha puesto en marcha el Banco de Microbiota Fecal de Catalunya, una iniciativa pionera en España y aún con escasas experiencias en Europa, que permitirá el trasplante de microbiota fecal a más de 200 pacientes al año.
En la actualidad, este tratamiento se utiliza casi exclusivamente en pacientes con infecciones recurrentes por Clostridioides difficile, una inflamación del intestino provocada por un microbio que afecta fundamentalmente a personas que tienen la microbiota alterada por el uso de antibióticos. Suelen ser personas ingresadas en hospitales y debilitadas, unos 2.500 casos al año en Catalunya.
“El tratamiento estándar de la C. difficile son los antibióticos, lo cual no deja de ser paradójico: una enfermedad provocada por los antibióticos debe ser tratada con antibióticos”, explica Jordi Guardiola, jefe del servicio de aparato digestivo del hospital de Bellvitge. El riesgo de recaída es muy elevado (un 20-25% la primera vez, un 40% la segunda y muy probable la tercera) y el paciente entra en un círculo vicioso de curación-recaída por los antibióticos. Esto cual debilita enormemente y pone en riesgo la vida de pacientes que pueden estar en tratamiento oncológico o en la uci.
En estos casos, el trasplante de microbiota fecal (TMF) ofrece resultados prácticamente milagrosos. Si las tasas de curación con el tratamiento estándar se sitúan en torno al 30%, con la nueva terapia superan el 90%, según Guardiola.
Desde el 2014 se han realizado 171 TMF en los hospitales de Bellvitge y Clínic, los dos centros de referencia en la preparación del producto a partir de las donaciones de microbiota. La administración de microbiota fecal permite restaurar el equilibrio del microbioma intestinal y eliminar la actividad de la bacteria patógena.
El procedimiento consiste en extraer de las heces un concentrado de microorganismos vivos, que son los que se transmiten al paciente para restaurar el equilibrio de su microbiota. Las principales vías de administración son la oral mediante cápsulas (67,8%) y la colonoscopia (32,1%).
Se trata, en palabras de Guardiola, de “una revolución en el tratamiento de esta enfermedad en nuestro país”. Pero numerosas investigaciones en curso trabajan en la aplicación del TMF a otros desórdenes vinculados en alguna medida a alteraciones de la microbiota, como la enfermedad inflamatoria, el cáncer o los trastornos metabólicos. El Banc de Macrobiota Fecal de Catalunya pretende contribuir a esta investigación.
Para ello, busca donantes de heces. Pero no es tan sencillo como aparenta. De cada 100 voluntarios, solo entre 5 consiguen convertirse en donantes, afirma Begoña González, del servicio de Gastroenterología del Clínic. “El grado de altruismo que se requiere para ser donante de heces es mayor que el de ser donante de sangre porque se tienen que cumplir de forma estricta una serie de parámetros e implica un compromiso muy alto del donante a la hora de respetar una serie de reglas”, explica.
¿Quién puede ser donante de microbiota fecal? Las personas de 18 a 60 años con hábitos de vida saludable, que no presenten ninguna enfermedad, no hayan tomado antibióticos en los últimos tres meses y no hayan viajado en los seis precedentes. Los aspirantes deben someterse a una entrevista exhaustiva y a una batería de pruebas.
En el caso de ser considerada apta, una persona puede estar donando sus heces durante un periodo de dos meses. Si lo desea, puede ser cada día. Una empresa recogerá las muestras en el domicilio y serán trasladadas a Bellvitge y el Clínic para su conservación y procesamiento.
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