Obesidad: Las patatas fritas y el chocolate cambian rápidamente el cerebro


Incluso una dieta a corto plazo de alimentos altamente procesados y poco saludables puede provocar cambios graves en el cerebro. / © Getty Images/Andrii Bicher
Así lo sugiere un estudio conjunto del Hospital Universitario de Tubinga, el Hospital Helmholtz de Múnich y el Centro Alemán para la Investigación de la Diabetes (DZD). La obesidad , reconocida como enfermedad independiente en Alemania desde 2020, se denomina Índice de masa corporal superior a 30. La falta de ejercicio y una dieta poco saludable suelen considerarse la causa. Los mecanismos que subyacen a la patología... Sin embargo, la obesidad es más compleja.
Se sabe que la sensibilidad a la insulina de la La actividad cerebral está relacionada con el aumento de peso a largo plazo y una distribución de grasa corporal poco saludable. En personas sanas, la insulina suprime el apetito; en la obesidad, esta regulación deja de funcionar correctamente. Los investigadores, dirigidos por la profesora Dra. Stephanie Kullmann, de la Clínica Universitaria de Diabetología, Endocrinología y Nefrología de Tübingen, querían utilizar este estudio para determinar qué procesos tienen lugar en el cerebro.
Para el estudio, 29 sujetos varones con peso normal se dividieron en dos grupos. Los participantes de un grupo consumieron 1500 kcal adicionales al día en forma de refrigerios altamente procesados y calóricos, como papas fritas y barras de chocolate, durante cinco días consecutivos, además de su dieta habitual, y luego retornaron a ella. El grupo de control comió sin las bombas calóricas adicionales. Mediante resonancia magnética funcional (fMRI), los investigadores determinaron los efectos de la insulina en el cerebro.
Incluso tras el aumento a corto plazo de la ingesta calórica, los cerebros de los participantes mostraron una disminución de la sensibilidad a la insulina similar a la observada en personas con obesidad. El efecto se observó incluso una semana después de retomar una dieta equilibrada. Los investigadores suponen que la respuesta a la insulina del cerebro se adapta a los cambios dietéticos a corto plazo incluso antes de que se produzca el aumento de peso.
«Nuestros resultados muestran por primera vez que incluso el consumo a corto plazo de alimentos altamente procesados y poco saludables puede provocar graves cambios en el cerebro de personas sanas, y que esto podría ser el punto de partida de la obesidad y la diabetes tipo 2», explica el líder del estudio. Con base en estos resultados, los investigadores instan a una investigación más exhaustiva sobre la influencia del cerebro en el desarrollo de la obesidad y otras enfermedades metabólicas.

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